Los secretos detrás de “Seven Nation Army”, la canción que suena en todas las canchas del mundial
Hace 20 años, Jack White creó el riff definitivo para corear en estadios alrededor del mundo.
Ya se convirtió en una fija en cada cita deportiva. Su utilización trascendió la música para convertirse en un himno de aliento que suena en cada una de las canchas mundialistas minutos antes de que el árbitro marque el comienzo de una nueva jornada futbolística. “Seven Nation Army” nació como una deformidad creada en la cabeza de Jack White para los White Stripes y se erigió como el riff más coreado del siglo XXI. Pero hasta su propio creador nunca imaginó el alcance que podía llegar a tener.
“Ya no me pertenece y mientras más gente no sepa de dónde vino, más contento estoy porque se convirtió en algo ubicuo”, contó el músico sobre la popularidad de la canción en una entrevista reciente en el programa radial de Conan O Brien.
El origen de “Seven Nation Army”
En enero de 2002, un años antes de entrar al estudio para grabar el brillante Elephant, Los White Stripes estaban haciendo tiempo durante la prueba de sonido de un show en Melbourne cuando White empezó a jugar con su guitarra hasta dar con el riff inicial de la canción. En ese momento pensó que sería un gran tema para la saga de James Bond pero al creer que nunca sería convocado, terminó convertido en el eje fundamental dentro del disco.
El título surgió de un malentendido durante la infancia del músico en Detroit, cuando confundía al “Salvation Army” (el ejército de salvación) con un “Seven Nation Army”. La letra es una respuesta de White ante situaciones que estaban atravesando él y su exesposa Meg. “Se trataba de chismes, la difusión de mentiras y la reacción de la otra persona en relación a dos amigos míos de Detroit. Al final, comenzó a convertirse en una metáfora de las cosas por las que estaba pasando, pero nunca me propuse escribir una exposición sobre mí mismo”, le contó a Rolling Stone.
El tema se grabó en Londres, utilizando una guitarra de caja acústica de los años ‘50 y un pedal octavador que le da el efecto como si estuviera sonando un bajo. Meg toca una batería con bombo en negras que impulsa el tema hasta el estribillo.
Con el álbum terminado y “Seven Nation Army” como caballito de batalla, White se chocó de frente contra su sello discográfico que no quería lanzarla como single porque no le veía potencial. Finalmente, ganaría la batalla y la guerra. “Es una enseñanza de que podés hacer lo posible en cuanto a desarrollo de marca y marketing para promocionar algo pero nunca sabés realmente qué es lo que va a conectar con la gente”, dijo.
El alcance global de un hit
El riff infeccioso caló rápidamente en diferentes puntos del globo y su penetración cultural fue tal que pocos meses después de su lanzamiento ya se estaba cantando en las canchas de fútbol. En octubre de 2003, los hinchas del Club Brujas de Bélgica la corearon en un partido de Champions League contra el Milán y continuaron haciéndolo hasta que se convirtió en el himno no oficial del equipo.
Pero fue la selección italiana campeona del Mundial 2006 que elevó la popularidad en las canchas. Al sentir el coro de sus hinchas, los jugadores adoptaron la canción como propia durante la Copa del Mundo y, tras consagrarse, se cantó por las calles de Roma.
Tras convertirse en una referencia obligada en diferentes estadios del mundo, desde el fútbol hasta la fórmula 1, la FIFA la seleccionó como la canción apertura de todos los partidos del Mundial Rusia 2018 y continuó con la costumbre en Qatar 2022.
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