Enrique Santos Discépolo

Enrique Santos Discépolo: a 71 años de la muerte del máximo poeta del tango

Fue un adelantado y marcó una época; un síncope lo sorprendió cuando recién había cumplido los 50. Cambalache, su creación más popular.

Enrique Santos Discépolo falleció de un ataque al corazón a los 50 años (Foto: Wikipedia).

Enrique Santos Discépolo fue mucho más que un artista. Fue un ícono de su época, y al mismo tiempo la trascendió. Porque sus obras, en especial las del tango, siguen teniendo en pleno siglo XXI una vigencia notable.

Pasaron exactos 71 años desde aquel 23 de diciembre de 1951; ese día, un síncope al corazón lo sorprendió en su departamento céntrico cuando recién había cumplido el medio siglo de vida. Demasiado joven murió este compositor, autor teatral y actor, que había nacido el 27 de marzo de 1901.

Curiosamente, al siglo XX le dedicó uno de sus tangos más famosos y más reproducidos a lo largo de la historia, “Cambalache”. En él se suceden hechos y protagonistas de una manera cíclica, como si la vida en la Argentina fuera un eterno loop.

“Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor; Ignorante, sabio o chorro; pretencioso estafador; Todo es igual, nada es mejor; Lo mismo un burro que un gran profesor”, dice en un fragmento la canción compuesta en tono satírico por Discepolin y que tuvo en Julio Sosa a uno de sus mejores intérpretes, sino el mejor.

Entre otras grandes obras escritas por el poeta, que quedaron inmortalizadas en el cancionero del tango argentino, están “Uno”, que compuso con Mariano Mores; y “Yira yira”, dos obras que tienen un perfil anclado en la desesperanza.

Discépolo junto a Carlos Gardel

Fue un adelantado a su época. Debutó como actor a los 17 años, y a los 18 ya había escrito sus primeras tres obras de teatro: El señor cura, El hombre solo y Día feriado.

Sus primeros coqueteos con el tango se dieron en 1925, año en el que compuso la música de la pieza llamada “Bizcochito” y la letra y la música de “Que vachaché” (Qué vas a hacer, en lunfardo).

Su obra trascendió las fronteras de la Argentina. Para el escritor español Camilo José Cela, Discépolo fue uno de sus poetas preferidos. El mismo elogio llegó de un prócer de la literatura argentina don Ernesto Sábato.

El poeta que se convirtió en adjetivo: discepoliano

Fue tal la impronta que le metió Enrique Santos Discépolo a sus obras, que su apellido se convirtió en adjetivo calificativo. Desde antes de su fallecimiento, y también después, fue muy fácil distinguir su estilo en otros trabajos, que fueron descriptos como “discepolianos”. También se lo destacó por aplicar el sentido común a sus letras, absorbiendo en sus pensamientos y trasladando a la música lo que la población sentía en la cotidianeidad del día a día.

El hecho de haber sido contemporáneo a Carlos Gardel le permitió tener un empujón más que importante para la difusión de sus trabajos. Sobre todo después de que El Zorzal Criollo grabara una inolvidable versión de “Yira yira”, el 10 de octubre de 1930. Aquella interpretación de Gardel es una de las grandes perlas de la historia del tango en la Argentina.

En su estribillo, “Yira Yira” es un canto al desánimo: “Verás que todo es mentira; Verás que nada es amor; Que al mundo nada le importa; ¡Yira, yira!; Aunque te quiebre la vida; Aunque te muerda un dolor; No esperes nunca una ayuda; Ni una mano, ni un favor”. Además de Julio Sosa, otro de los que supo interpretar de manera única sus canciones fue Edmundo Rivero.

Su perfil picaresco y burlón supo mutar a uno más cómico en “Chorra” y otro más nostálgico en piezas como “Uno” y “Cafetín de Buenos Aires” (¿Cómo olvidarte en esta queja?, Cafetín de Buenos Aires. Si sos lo único en la vida, Que se pareció a mi vieja), los dos escritos en conjunto con Mariano Mores. El último fue el el tema emblemático que identificó al programa Polémica en el Bar, creado por Gerardo Sofovich.

Enrique Santos Discépolo, el cine y su vida personal

Discepolín fue poeta y dramaturgo. Pero también aportó en la veta actoral, tanto que intervino en siete películas. La última de ellas fue El Hincha, estrenada en 1951, poco antes de su fallecimiento. No sólo la protagonizó al ponerle la piel al Ñato, el personaje principal, sino que además fue uno de los guionistas del filme junto con Manuel Romero (el director) y Julio Porter.

Esta película contaba las desventuras de un club de barrio (Victoria Footbal Club) y la relación de los simpatizantes con el equipo de fútbol. Uno de los grandes momentos es el monólogo en forma de declaración de principios que el Ñato hace sobre lo que representa el hincha para una institución.

Discépolo en el papel del Ñato, el protagonista de la película El Hincha.

“¿Y para qué trabaja uno si no es para ir los domingos y romperse los pulmones a las tribunas hinchando por un ideal? ¿O es que eso no vale nada?“… ”¿Que sería del fútbol sin el hincha?… El hincha es todo en la vida…”.

Se estrenó el 13 de abril de 1951, siete meses antes del fallecimiento de Discépolo. Su viuda fue la cantante de tangos Ana Luciano Divis, a quien se la conoció por el nombre artístico de Tania, quien lo sobrevivió por casi medio siglo: falleció en 1999.

Enrique Santos Discépolo con Tania, la española con la que estuvo casado.

En el resumen del paso por el arte de Enrique Santos Discépolo podría decirse que la mitad de los trabajos no tuvieron la aceptación que él había imaginado. En ese sentido tal vez no fue tan prolífico como Enrique Cadícamo. Sin embargo, su apellido es uno de esos que se escriben con letras de molde en la historia del tango argentino. Y no son muchos los que tienen ese honor.

===>#ELSIESTERO, Historias y anécdotas de las mejores Bandas del Mundo, Domingos de 17.00 hs. a 18.30 hs. 105.1FM www.fmsos.com.ar

Compartir:

MÁS NOTICIAS

A 60 años del primer disco de los Rolling Stones: egos, celos y peleas que pusieron a prueba...
Eddie Vedder presentó el nuevo álbum de Pearl Jam con un tributo a la música El músico estadounidense...
Una mujer y una pelea irreconciliable: la historia de amor que separó para siempre a Johnny y Joey...
No Doubt brilló en el festival de Coachella y no faltaron sus clásicos como “Don’t Speak” y “I´m...