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VIRUS, VIOLADORES, Y UNA ENTREVISTA INÉDITA DURANTE MALVINAS
En mayo de 1982, la revista Expreso Imaginario reunió a dos bandas que, lejos del mainstream, proponían renovar el rock argentino. Federico Moura recomendando a Los Redondos y Pil a Sumo, la represión al arte durante la Dictadura, la poesía y la censura, en pasajes de una charla histórica que jamás se había publicado.
El 4 de mayo de 1982, en plena Guerra de Malvinas, se cruzaron en el subsuelo de un bar porteño dos bandas jóvenes que también tramaban subversiones a su manera. Virus había editado su disco debut Wadu, wadu y Los Violadores no tenían más que un demo, aunque sus descargas en vivo daban que hablar. Uno a través del baile y el otro a través de la protesta (entre otras destrezas), ambos introdujeron en Argentina sonidos e improntas tan novedosas como revulsivas: la new wave y el punk. Estas apariciones eran la evidencia de que se estaba produciendo un quiebre generacional en un rock entonces dominado por los “próceres” de los ’70. El encuentro fue doce días antes del Festival de la Solidaridad Latinoamericana, evento al que tanto Virus y como Violadores se oponían.
La idea fue de la revista Expreso Imaginario y la entrevista la produjo el periodista Marcelo Gasió. Las imágenes que registró la fotógrafa María Martínez son antológicas: en una de ellas aparecen Julio y Federico Moura, Stuka y Pil apoyados de manera irónica sobre un cartel de la vía pública en el que el gobierno militar promocionaba y alentaba la Guerra de Malvinas iniciada el mes anterior. El 2 de mayo -dos días atrás- había sido hundido el crucero General Belgrano, cuyas 323 muertes significaron casi la mitad de las bajas argentinas durante el conflicto.
La conversación reunió a casi todos los músicos de las dos bandas: Pil Chalar, Stuka Fossá, Sergio Gramática y Hari B, de Los Violadores, y los hermanos Federico, Julio y Marcelo Moura, Enrique Mugetti y Ricardo Serra, de Virus. Solo faltó Mario Serra, hermano de éste último. El encuentro duró más de dos horas y el clima fue agradable. Sin embargo, la entrevista finalmente nunca se publicó. ¿Los motivos? Algunos creen que fue por el contenido de las declaraciones. Otros, en cambio, sostienen que intervinieron intereses para no darle espacio a estos dos grupos pujantes. Pero Gasió niega ambas versiones: “Nunca hubo censura externa de ningún tipo en la revista. A lo mejor el resultado final no nos pareció interesante, aunque si escucho esa entrevista ahora probablemente opine lo contrario”.
Lo cierto es que el revisionismo histórico del rock doméstico se obsesionó con esta entrevista hasta ahora inédita, convirtiéndola casi en un objeto de culto. Motivos no faltaron: se trata de dos bandas que hoy forman parte del panteón del rock argentino hablando en sus inicios, encima entre sí y -como si todo eso fuera poco- en un contexto de dictadura y fuertes restricciones sociales y culturales a las que ellos se oponían. Todo muy tentador.
En un caso poco frecuente, Marcelo Gasió conservó las cintas de esa entrevista de mayo de 1982 y 37 años después las sigue teniendo en excelente estado. Y, aunque jamás desgravó el material, el periodista (que hoy es además directivo del sello Warner Chapell Music) accede ahora a compartir el audio entero para desentrañar ese “misterio” de larga data.
“Te pido que no entremos en una competencia entre bandas. Que la nota no sea sobre nosotros destruyéndonos mutuamente. Yo sabía que vos ibas a cuidar eso; sino, no venía”, le dice Federico Moura a Gasió, quien le contesta en broma: “Bueno, ¡pero que tampoco sea onda Mirtha Legrand!”. De fondo suenan varios temas de Los Beatles y luego de The Police. “¡Las primeras cosas de The Police eran re punk!”, opina Federico. Stuka asiente: “Tienen canciones así en simples que después no incluyeron en los LP”.
Faltaba aún para que Virus y Violadores fuesen considerados emblemas de la cultura rock argentina. En ese entonces eran apenas dos bandas que intentaban renovar la escena local con sonidos recientes, aunque al costo de ser resistidos incluso por ciertos colegas y cierta prensa. Recién en el post Malvinas, y especialmente tras la vuelta de la democracia, los dos grupos lograrían consolidarse con una propuesta concreta y un público cautivo.
Para abrir el fuego, Gasió les pregunta a los dos grupos si se conocían entre sí. “Yo los vi tres veces, porque como no tienen nada grabado la única posibilidad de escucharlos es en vivo”, reconoce Federico Moura. Pil, en tanto, comenta: “Yo tengo Wadu, wadu en casete. Me gusta escucharlo y bailarlo en casa, aunque en vivo no me gusta. La única banda de acá que me transmitió fuerza fue Sumo. ¿La escucharon? ¡Vayan a verlos!”.
“El otro día vi un recital de Seru Giran y David Lebón se parecía a nosotros, jaja. Eso quiere decir que si propones cosas nuevas, le estás marcando a los anteriores una pauta”, sostiene Federico, casi como advirtiendo la capacidad de influencia que generaría Virus no solo desde lo musical, sino también desde lo visual. “Me interesa hacer música popular. Y que se escuche. Hay cosas que no puedo hacer y sé bien lo que no quiero: no deseo que seamos los ABBA argentinos. En la grabadora elegimos nosotros nuestras canciones y hasta hicimos algunas mezclas nosotros. Me gusta hacer cosas que me interesan y para gente que las quiere escuchar”.
“Nosotros no grabamos antes porque no había aparecido el aventurero que se animara. Imaginate ir a una grabadora con ‘Represión’”, cuenta Stuka, a propósito del reciente demo de Violadores. “Antes no teníamos sala de ensayo ni equipos. Pero de pronto conseguimos la casa de Pil y nos mandamos. Estamos pasados de problemas a nivel organización: si vamos a un lugar y alguien rompe una silla, tenemos que bajar del escenario para resolverlo”.
Los “niños malos”
Stuka Fossá: Antes, los tipos tocaban según como se levantaban. Porque los que se arreglaban eran mal mirados. Pero nosotros nos interesamos por la imagen.Sobre todo por la imagen en escena. Salimos de corazón con energía y ganas, incluso en noches donde tocábamos y no se escuchaba nada.
Federico Moura: Encima ustedes tienen el rotulo de “niños malos”.
Pil Chalar: Claro…¡pero hay causas para ser niños malos! Es una batalla que le ganamos a la censura. Imagina llamarte Los Violadores… Stuka:¡En una época nos tuvimos que poner Los Voladores para poder tocar! A veces los músicos de rock parecen curas o monaguillos. Y no sólo los músicos, sino toda una prensa que apoyaba eso. El rock a nivel moralista es algo que solo se da acá. ¡Los grupos que escuché en mi vida, como The Who, jamás fueron eso!
La poesía y la censura
Federico: Hay mil formas de decir las cosas… Pil: Sí, pero nosotros tomamos como referencia al punk. Y entonces tiene que ser agresivo. Federico: Pero si vos decís “represión” y después no te graban…
Pil: Es que ya existen grupos que lo dicen sutilmente. En vez de decir “represión”, dicen “el mono que baja del árbol en el zoológico y bla, bla” (risas)
Federico: Bueno, eso será mala poesía en todo caso. Yo me refiero a encontrar la forma de poder decir lo que querés y hacer la tuya, pero sin caer en la garra de la censura.
Pil: Claro, el tema es que nuestras letras no son poesías. Son como télex: “Alemania dividida, Guerra Fría, tantos años de especulaciones, ¿para qué? para llegar a la bomba de neutrones”.
Federico:¿Ustedes creen que cambiar un poco las letras, decirlas de otra forma y jugarla con ironías implicaría ceder?
Stuka: Sí, pienso que sí. La new wave puede darse otras concesiones, pero el punk es muy directo… ¡no podemos hablar de la represión y no nombrarla! Tampoco es que nos morimos si no nos llaman punk…
Federico: No sé si nosotros somos new wave, eh. Somos Virus. Apuntamos a algo concreto, claro. Y a decir todo lo que queremos.
Julio Moura: Hay un gobierno militar y hay cosas que diría, aunque no puedo. Pero no me vuelvo loco ni me pegaría un tiro. Pongo en la balanza: ¿qué es lo que quiero hacer? No quiero explotar como un kamikaze. ¡Y, de hecho, quisiera ver a Los Violadores más seguido y que no los prohíban!
Stuka: Encima el mensaje directo no es que está reprobado por la policía, los militares o algún organismo oficial ¡Es censurado por la propia gente, eso es lo terrible! Desde grabadoras que se cagan en las patas por grabar ciertas canciones hasta tipos que se asustan por estar escuchando esas letras en un recital.
Federico: Bueno, cuando los fui a ver a ustedes al Auditorio Buenos Aires me pasó algo así. En un momento se apagaron las luces, prendieron la sala y pensé: “vino la policía, la puta que los parió”. Me puse paranoico al punto que después, en vez de volverme por Florida, agarré Viamonte.
Las agresiones del público
Federico: Si vos decís algo punk en el escenario y de abajo te tiran un monedazo… es una reacción coherente. Te estás metiendo en un juego complejo.
Stuka: Las agresiones a los grupos se dan en lugares chicos de cualquier lado del mundo. Pasa en Inglaterra también…
Federico: Si, pero ellos tienen mas visión y lo valorizan más. A los Pistols la Warner les hizo la película.
Pil: Sí, ¿pero cuándo? ¡A los dos años! Cuando los Pistols llevaron la primera cinta, los sacaron a patadas.
Stuka: ¡Hasta que vieron que era un negocio, ja!
Federico: Igual está muy bien esa actitud de insistir y bancársela. Yo me banqué y me banco muchas agresiones. Porque sé lo que quiero. Y también sé que no me van a querer todos. Hace poco tocamos en un festival donde la gente nos dio la espalda. Y después de nosotros vino otro músico que dijo: “bueno, ahora que estamos todos del mismo lado…”. El tipo hundió al grupo de antes para ganarse al público. Me pareció terrible, una mierda.
Pil: Muchos rockeros tienen alma de policías. Y la gente también. Enseguida te denuncian. Para nosotros es bueno vivir tanto de la gente que nos apoya como de la que nos quiere destruir, jaja.
Federico: Igual creo que hay que ser piola con la gente, no víctima. Y entenderlos: ellos son los que van a disfrutar de nuestra música.
Capítulo punk: de los Clash al cuero de fantasía
Federico: El primer LP de Clash me pareció genial, fantástico, aunque el sonido de los últimos… es perfecto. Y sin haber perdido de la esencia. Fueron coherentes en cada momento. Pil: A mí, sinceramente, me gusta más el primero de los Clash. Después empiezan a hacen reggae, pop y rock porque buscan llegar a más gente.
Stuka: Es que no te podés quedar haciendo dos tonos. A mí el último me gusta más que el primero (NdeR: Se refiere al disco triple Sandinista!, de 1980, ya que Combat Rock sería editado dos semanas después de la entrevista). Pil:Es que ellos estaban para algo más que dos tonos.
Federico: ¿Ustedes creen que va a haber lugar para muchos otros grupos punks en Argentina? Stuka: Cuando empezamos, pintó una mano de varios grupitos. Una especie de movimiento re under. Pero de pronto nosotros pusimos primera y salimos. Y el resto se quedó. Que tocan un día, que se separan, que se juntan. La idea ahora es: “si no estamos contenidos en esa escena, la hacemos nosotros”.
Federico:Los Laxantes son piolas, por ejemplo. Tienen ideas claras. No conozco las historias íntimas de cada uno, solo los veo en el escenario.
Pil:¿Escucharon a Stiff Little Fingers? Son unos irlandeses que hacen punk con melodía… Federico: Pensé que hablabas de los Badfinger, de Gales. ¿Es algo tirando a Nina Hagen? Pil:No, no. Muy delirante. Parecen melodías de guerra. Tipo himnos. Muy bueno. Irlandeses que viven un clima terrible en Belfast, con el ejercito inglés en las calles. Las letras son terribles. ¿Y escucharon a los Dead Kennedys? Federico: ¡Sí! Y, para mí, no existen. ¿Por qué? Porque no tienen el menor carisma sobre el escenario. Es una improvisación sin talento. ¿Puede tenerla? Todavía les falta mucho. Y también vi a algunos grupos de acá que no me interesaron para nada. Como que estaban en esa, pero no la entendían. Porque hacer punk no es tan fácil: o es algo auténtico, o es un estereotipo absurdo. ¿Qué me estás haciendo creer? Vos tenés que creerte lo que estas transmitiendo. Cuatro tipos con camperas de cuero haciendo un show que no me lo creo. ¿Qué le podemos pedir al público después?
Capítulo new wave: vanguardia versus nostalgia
Federico: Hay nostalgia en el rock. No aceptan lo nuevo. En Argentina la gente mira para atrás, compara todo con lo que ya hubo. A diferencia de Estados Unidos, donde hay un placer por escuchar cosas nuevas, y si sos un artista de vanguardia, te valoran. En lo personal, cada canción de Virus creo que es una historia aparte. Eso permite liberarse de ciertas ataduras. Porque: si te sale hacer un vals, ¿por qué no lo vas a hacer?”.
Pil: Porque yo, sinceramente, no puedo cantar más que esto (risas).
Federico: Lo digo por señalar un extremo. De repente estas varias horas en un ensayo y te sale algo. ¿No te va a gustar porque no es punk? Eso también es conceder…
Stuka: Ojo, también es interesante que te salga algo y sepas decir: “esto no va”. Ahora, por ejemplo, lo veo a Miguel Cantilo haciendo new wave y no me lo como mucho en esa. Federico: Cantilo me parece un gran cantante. Me da placer escucharlo. Al que lo veo rarísimo haciendo new wave es a Charly García. Me mueve tan mal… En un punto lo veo como al más punk de todos, pero sin poder ser punk nunca.
Virus y la ambigüedad sexual
Sergio Gramática: Escénicamente me gustaría que Virus explotaran más la onda gay.
Federico: ¿Que sería “la onda gay”? Gramática: Que asuman más riesgos en los movimientos, por ejemplo. Ponerle más el cuerpo al tipo de música que hacen.
Marcelo Moura: La clave es que eso sea bien espontáneo y natural. Si de repente no nos nace a todos, no tendría por qué ser forzado. Yo, por ejemplo, me veo muy limitado en mis movimientos porque me meto mucho en mis instrumentos. Aunque, al mismo tiempo, me siento respaldado por todo lo que hace Federico en el escenario.
Federico: No creo que sea necesaria levantar la pata mas arriba o mas abajo, sino que el movimiento sea suelto. Pero tampoco tengo una imagen definida de lo que quiera hacer en un escenario. O en una letra. Cada canción, de repente, es un mundo. Y eso es lo que me interesa. Uno puede decir muchas cosas diferentes: ¿Por qué entonces hacerlo siempre de la misma manera? Me parece muy genial que la gente nos diga: “me gustan sus letras porque son divertidas”. Creo que poco a poco van a ir pescando la onda. “Loco Coco” me parece una letra antológica, aunque no la hice yo. Usar todo el lenguaje del rock pero un poco como una burla. Es una mezcolanza, porque no sé si esa poesía me tiene que decir algo, ¿Me tiene que decir algo? ¿Qué cosa? ¿Una verdad infinita? ¿Que la muerte es dolorosa o que el amor es de determinada manera?
Sumo y Redondos
Terminando la entrevista, Gasió les pregunta sobre otros artistas emergentes del rock argentino. Federico Moura menciona a Los Redondos, quienes recién empezaban a constituirse como un grupo de música luego de varios años de varieté performática y aún estaban lejos de grabar su primer disco. “He visto cosas muy interesantes de ellos”, reconoce el cantante de Virus. Pil, en cambio, le insiste con Sumo, otra banda que estaba pasando por un proceso similar tras varios proto-intentos (como Sumito o la Hurlingham Reggae Band): “Andá a verlos, son terribles”. Federico responde intrigado: “¿Cómo se llaman? ¿Suma? ¿Dónde los puedo escuchar”. “¡Sumo!” -corrige Pil-.“El cantante es inglés y la baterista también, aunque se tuvo que volver con todo este quilombo de Malvinas. Suenan a reggae pero tienen otras cosas. Los descubrí el sábado pasado y son muy pero muy buenos”.
– Para terminar: ¿qué le dirían ustedes a la gente de rock medio?
Stuka: ¿Medio idiota? ¿O medio vivo? (risas)
Pil: ¡El comunicado oficial de la junta!
Stuka: ¡No le hagan caso a sus padres! ¡Vengan a vernos!
Fede: Y que lean esta nota…¡que hace dos horas estamos hablando!
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