“Agujero interior”, el disco de Virus que salió junto al regreso de la democracia
Se cumplen 41 años de la salida de un disco importante para el rock argentino. Una fecha que también marcó al país. En La Viola hablamos con Julio Moura y Mario Serra sobre los detalles de este trabajo que marcó la carrera de la banda.
Por Carlos Iogna Prat (La viola – TN)
El 10 de diciembre de 1983, Raúl Alfonsín asumió la presidencia de la Nación. Una multitud celebró por las calles el regreso de la democracia después de más de siete años de dictadura. Ese mismo día, Virus publicó Agujero interior, tercer disco de la banda que marcó un momento importante en su carrera y en su popularidad.
“Hay que salir del agujero interior. Largar la piña en otra dirección. No hace falta ser un ser superior” cantaba Federico Moura en el tema que le dio nombre al álbum. El grupo pedía poner “el cuerpo y el bocho en acción” y aconsejaba que a la vida había “que hacerle el amor, sin drama, con locura y pasión”.
“Estábamos todos en la 9 de Julio ese día”, recordó Julio Moura, guitarrista de Virus a La Viola, cuarenta años después. “Estaba en la oficina de Carlos Rodríguez Ares, productor del disco, que estaba sobre la avenida y veía la magnitud del acto”, agregó Mario Serra, baterista de la banda, a este medio.
El grupo se había formado en La Plata con Federico Moura, sus hermanos Julio Moura, Marcelo Moura (teclados), Mario Serra (batería), Ricardo Serra (guitarra, luego sería reemplazado por Daniel Sbarra) y Enrique Muguetti (bajo). Ellos traían una propuesta novedosa, tanto musical como visual, que fue resistida en un principio, pero que con el tiempo se transformó en un éxito imparable en toda Latinoamérica.
El grupo traía un aire fresco, renovado, con letras irónicas, y el pelo corto. “Somos un grupo que le da mucha importancia al ritmo, porque entiende que el ritmo es a la música, como el baile al cuerpo”, describió el artista en una entrevista en 1985.
Wadu-Wadu (1981), fue el disco debut de Virus, con 15 canciones que marcaron a la perfección la novedosa propuesta. El tema que le da nombre al álbum se instaló como el primer clásico de la banda, que se mantuvo a lo largo de toda su carrera. Luego llegaría Recrudece (1982) y un sonido más rockero en Agujero interior (1983), con la producción de Michel y su hermano Danny Peyronel, integrantes de Riff.
Largar la piña en otra dirección
Virus había sido cuestionado en sus primeros días por sus letras y estilo musical novedoso. “Nos tildaban de frivolidad por salir a bailar, que era una forma de salir a la calle como pasó en ese 10 de diciembre. No hay frivolidad en los deseos de moverse o expresarse. Hasta ese momento no se podía”, recordó cuarenta años después Julio Moura, guitarrista del grupo.
“Agujero interior fue un trabajo importante, ya que mostró el sonido original de la banda. En Wadu Wadu, nuestra primera producción, no sabíamos grabar y el ingeniero que estaba en el estudio tampoco. El segundo, Recrudece, tratamos de explorar un poco más y de comprender cómo se trabajaba en una grabación. Creo que logramos la idea que teníamos”, agregó sobre el tercer disco del grupo.
“Recrudece es un disco que me gustó, pero no tuvo una gran repercusión ni el apoyo en la parte comercial y con Agujero interior arrancamos una nueva etapa con la producción independiente de Rodríguez Ares y que lanzó CBS. Había perspectiva y un gran entusiasmo”, describió Mario Serra sobre la previa de la grabación y agregó: “Empezamos a trabajar los demos en un estudio que estaba sobre la calle Talcahuano. Teníamos mucha expectativa”.
Las grabaciones se realizaron en el estudio Moebio a lo largo de largas noches. “Era una época difícil; cuando alguien golpeaba la puerta tenías que fijarte quién era. Yo vivía en City Bell y me quedaba a dormir en el departamento de Federico en Buenos Aires. Nos quedábamos charlando mucho sobre el disco que estábamos haciendo”, contó Serra.
En una entrevista en la revista Pelo, poco después de la salida de Agujero interior, Federico Moura contó que tenían la idea de tener un productor artístico para tener una opinión de alguien de afuera por una cuestión de objetividad. “En principio se barajaron varias posibilidades. Una fue la de grabarlo en Brasil con Billy Bond. Cuando llegó Danny decidimos hacerlo junto a él y Michel”.
Las canciones de “Agujero interior”
Virus marcó un cambio con su nueva propuesta. Un sonido mucho más duro y rockero. Esto gracias a la producción musical de los hermanos Peyronel. La banda adoptó también una nueva imagen, con una estética rockabilly, con camperas de cuero y peinados a lo Elvis, que fueron aportadas por su productor Rodríguez Ares.
“Nos juntábamos en su casa en Martínez, donde venían Pappo, Los Helicópteros, entre otros. En esas charlas apareció la idea de que los Peyronel se encargaran de la producción artística. Danny grabó el piano en el tema ‘Carolina’”, describió el baterista de Virus. Esta nueva producción generó una gran expectativa y alegría entre los integrantes.
El disco abre con “En mi garage”, un rock directo con toques fierreros. “Dando vueltas todo el tiempo por mi garage. Necesito una herramienta en especial. Hubo un cortocircuito en mi motor. Ni siquiera me funciona el encendedor”, describe en su comienzo la letra. “Tiene que ver con un lugar en nuestra casa donde mi padre tenía un garage. Era muy lindo el contacto con las herramientas, un momento de relax, y apareció ese rock cuadrado que daba para arreglar el auto”, recordó su autor, Julio Moura.
El disco también tiene un track rockero con el cover de “Carolina”, una canción de 1980 del humorista y escritor español Ramón Alpuente. “Es un tema que tocábamos desde hace antes de Virus, en la época de Duro, y la llevamos por todos lados”, recordó Julio Moura. Mario Serra aportó que el piano lo tocó Danny Peyronel.
“‘Agujero interior’ fue la primera experiencia de grabar con los amplificadores al palo, en esa época te ponían una línea a los equipos y quedaba el sonido chiquito. Fue Pappo quien indirectamente nos mostró esta forma de grabar. Tuve el placer de conocerlo, una persona increíble”, sintetizó el guitarrista.
“¿Qué hago en Manila?”, una canción más tranquila dentro del vertiginoso disco, compuesta por Julio Moura guarda una curiosa anécdota con su título. “En esa época no podías poner un título igual o similar a otro. Entonces, ‘Quiero estar enamorado”, no, ‘Todo el tiempo’, no, rebotaron a todos. Me llama Federico (Moura) y me cuenta todo esto. Yo estaba leyendo un libro de historia sobre la Segunda Guerra Mundial de Manila ‘Preguntale si qué hago en Manila existe” le dije. Me respondió que no existía y quedó”, recordó el autor.
El baterista recordó en la charla con La Viola que en esa época se tocaba mucho en las discotecas de Buenos Aires y las nuevas canciones fueron muy bien recibidas por el público. “Fue algo que no habíamos experimentado antes”.
“Siempre nos interesó no tener límites de ningún tipo. Para nosotros, el rock es internacional y no como algo snob sino con un sentido amplio. Me parece fantástico que otra gente haga otras cosas, pero a mí siempre me gustó trabajar con lo que tiene proyección, con lo inseguro. Sé que lo que no está aceptado, la gente se pone nerviosa, pero no me molesta”, definió Federico Moura en una entrevista cuando salió el disco.
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