Salvemos La Música En Vivo

Los managers musicales argentinos piden auxilio: “Salvemos la música en vivo”

Sin shows no hay trabajo y a través de una campaña que cuenta con el apoyo de todo el sector, los trabajadores exigen nuevas medidas y más ayudas para paliar una crisis que parece no tener fin.

Otros tiempos, cuando las bandas podían convocar multitudes (Foto: GENTE)

Otros tiempos, cuando las bandas podían convocar multitudes

A mediados de marzo de 2020 se paró el mundo. El coronavirus había llegado para quedarse por un rato largo, se terminaron los eventos sociales, los partidos de fútbol, los cumpleaños familiares, los casamientos. También se congelaron los shows en vivo, los festivales. Las entradas adquiridas quedaron colgadas esperando una respuesta: ¿Reintegro de dinero? ¿Cambio de fecha? Pasaron los meses y los músicos, junto a sus equipos de trabajo, se fueron descapitalizando, el que no toca no cobra. Las reproducciones no dan las ganancias que el público imagina y los likes en los vivos en redes sociales no ayudan más que en la difusión. La situación de los trabajadores del sector se volvió insoportable.

El invierno argentino de 2020 pasó con mucha pena y nada de gloria y al llegar noviembre, se esperaba que las restricciones por fin se ablandaran un poco. Se empezaron a realizar recitales en burbujas, en el autocine, se empezaron a vender entradas para ver streamings exclusivos, pero nada alcanzó. Algunos eventos se podían hacer en anfiteatros, plazas o en la calle, al aire libre. La cantidad máxima de espectadores estipulada fue de 100 personas que podían estar agrupadas de a cuatro, solo en caso de ser convivientes. Ese grupo ocuparía un espacio de 4 metros cuadrados para mantener la distancia con el resto. ¿Cuántos shows pudieron darse así? Pocos. Y con ganancias bajísimas.

El afiche para crear conciencia de ACMMA

El afiche para crear conciencia de ACMMA.

No solo frente al público corrían las restricciones, sino que también había que guardar las distancias en el detrás de escena: un espacio de 4 metros cuadrados para el staff, habilitación pedida con no más de 10 días de anticipación, y revisar que los eventos no durasen más de 90 minutos. Además, los artistas tendrían que utilizar barbijo, salvo a los que no se lo permitiese la ejecución de su instrumento, como los de viento, o en el caso de los cantantes. A todo esto, se le sumó la regla de mantener una distancia de 1,5m con sus compañeros, nada de cantar en el micrófono del corista o asomarse al solo de guitarra de la violera.

Pese a todos estos requisitos, muchos productores apostaron a seguir haciendo, muchos músicos eligieron seguir en movimiento y, sobre todo, ayudar a generar, aunque sea un pequeño ingreso para el staff. Pero las buenas intenciones de los grandes no alcanzaron y los grupos más chicos no pudieron ni pensar en realizar algo así, cuando lo que iban a ganar quizá ni siquiera cubría el traslado… y ni hablar de contratar asistentes. Pero las medidas tomadas al comienzo no se revisaron y quedaron así, congeladas en un ideal. Imposible.

“Salvemos la música en vivo. Y a sus trabajadores” es la campaña que lanzaron desde la Asociación Civil de Managers Musicales Argentinos (ACMMA) destacando que “durante el 2020 la principal fuente de ingresos que componen la Industria de la Música en Vivo en Argentina se ha visto completamente parada”. Una industria formada por miles de familias que viven de eso y que ven su economía completamente diezmada por esta situación. Según ACMMA, “la reciente reactivación tiene muy poca sustentabilidad para sostener a todos los integrantes de su cadena de valor”.

Desde los aforos limitados entre un 20 por ciento y un 50 por ciento de la capacidad habitual de los lugares y con topes máximos de 500 personas en varias ciudades del país, hasta los costos que aumentaron junto con la inflación, el valor de las entradas no soporta más aumento. “Queremos mantener a la música en vivo como una expresión popular e inclusiva. La crisis para nuestro sector está resultando larguísima y cada principio de solución que aparece (ayuda estatal, streaming, show con capacidad reducida), es una utopía: a medida que damos un paso creyendo que estamos más cerca de salir a flote, el problema se aleja un paso y sigue existiendo tal cual emergió”.

El tiempo pasa, y aunque desde la asociación reconocen que el Ministerio de Cultura de la Nación atendió los pedidos que hicieron y que incluso se llegó a desarrollar una serie de políticas públicas para mejorar la situación, nada fue suficiente. En ACMMA hablan de problemas de fondo que se hacen más pesados de sobrellevar en medio de la crisis: “Grandes cargas impositivas, altos costos, crisis económica previa, falta de estímulos para la producción y el consumo”. Por este motivo, los managers reclaman nuevas políticas culturales “de forma urgente para poder atravesar los tiempos que se vienen”.

Lo que se viene, justamente, es el invierno. Entonces, ¿cómo se podrá llevar a cabo un show al aire libre con las temperaturas bajas típicas de la estación? ¿Cómo sobrevivirán los miles de argentinos que desde hace años dedican su vida a los shows en vivo si está todo parado? Cantantes, músicos, choferes, estilistas, plomos, encargados de prensa, de marketing, de sonido, de luces, cumplen un año sin poder realizar la tarea para la que se formaron y esperan una solución. Desde ACMMA exigen que: “Los distintos estamentos del estado (Nación, provincias, municipios) diseñen un plan de acción que permita a nuestro sector sobrevivir ahora y desarrollarse los próximos años. La música en vivo está en emergencia. ¡Salvemos la música en vivo!”.

===>#ELSIESTERO, Historias y anécdotas de las mejores Bandas del Mundo, Domingos de 17.00 hs. a 18.30 hs. 105.1FM www.fmsos.com.ar

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