ANECDOTA
EL DÍA QUE PEDRO CONOCIÓ A JACO PASTORIUS
La primera vez que Pedro Aznar escuchó un disco de Jaco Pastorius en la casa de un trompetista amigo, quedó, según sus propias palabras, pasmado. «Fue uno de esos momentos musicales de revelación, esos descubrimientos tan fuertes que más tarde podés recordar la situación como una foto en tu cabeza», dice. Tanto lo impactó la técnica del legendario bajista norteamericano (llamada fretless, que vuelve al instrumento más melódico) que Pedro decidió sacarle los trastes a su primer bajo para asimilar el sonido de su instrumento al de Pastorius.
La vez siguiente que tuvo contacto con Pastorius fue en Río de Janeiro y Aznar (que tenía sólo 20 años) quedó literalmente empapado. Los dos estaban en un festival en la ciudad carioca, donde Pastorius estaba con su grupo Weather Report, en el mismo hotel frente al mar. Mientras Pedro conversaba en las reposeras con Charly García y Oscar Moro, y con un periodista marplatense, un torbellino humano apareció en el lugar y se tiró estilo bomba a la piscina, salpicando a todos los que estaban alrededor. «Llegó Jaco Pastorius», fue el comentario. «Era un exhibicionistas total, un estilo totalmente zarpado», recuerda Aznar. «El periodista ofreció presentármelo y casi no me animo de los nervios. Encima, cuando nos acercamos, no tiene mejor idea que decirle: «Te presento a Pedro Aznar, el mejor bajista del mundo». No te puedo explicar la cara de desencajado que puso Jaco, porque así se presentaba él. Y yo, obviamente me quise morir».
Pero al parecer, la audacia de la presentación tuvo su efecto, porque Pastorius invitó a Pedro al bar del hotel a desayunar. «»Me acuerdo que pidió sopa de ajo. Como no había, pidió de tomate y le agregó ajos y también salsa tabasco. Yo no lo podía creer y él me explicaba que todas las mañanas se comía ajos crudos porque eran buenos para la salud. Y ahí nos quedamos conversando sobre comidas. Estuvo muy cordial y simpático», dice Pedro sonriendo al recordar los excesos que caracterizaban al personaje. «Esa misma noche nos invitaron a un agasajo para los músicos del festival. El apareció en el lobby, como una tromba, y casi nos arrastró a Charly y a mí, en el mismo taxi con él. En el auto, para sacarle tema, le pregunté si tocaba estilo slap, que es como tocar las cuerdas golpeteando con el pulgar. Enseguida me contestó que lo había inventado él. Y yo, ingenuamente le dije: «Ah, no sabía, pensé que había sido otro». Ahí se puso como loco. Y con Charly nos miramos pensando: «fuimos». Se bajó del taxi dando un tremendo portazo y se fue. Nosotros nos quedamos mortificados, yo metí la pata sin querer, pero él era un tipo totalmente imprevisible. En la fiesta, el baterista de Weather Report, nos dijo que era siempre así, explosivo, pero buena gente. Pero a nosotros, se nos aguó la fiesta».
A los pocos días, buena parte de los grupos del festival se trasladaron a Buenos Aires, al festival BUE. Y ahí, Aznar tuvo oportunidad de volver a cruzarse con Jaco, en el hotel Bauen. «Me invitó a tocar a su habitación, en plan «vení, pibe que te voy a dar un par de lecciones», se ríe Aznar. «Era tan ansioso y avasallante que no aguantaba esperar el ascensor y se mandó por las escaleras hasta el noveno piso. Me hizo subir corriendo. En su cuarto, tenía dos bajos con los que siempre viajaba. Me dio uno y me dijo que tocara. Era muy loca la situación, no me acuerdo ni qué toqué porque yo me sentía casi paralizado. Pero empecé a garabatear algo con las cuerdas y él me decía: «Está bien, está bien». Y ahí me contó que él estudiaba el bajo con la técnica del violoncello. Hablamos de música y después me tomó una especie de examen, me preguntó qué bajistas me gustaban y cuando le nombré a Paul McCartney me miró irónicamente. Yo me acuerdo que le hice unos chistes con eso y se quedó hasta que me dijo que estaba de acuerdo. Yo le nombraba gente y él me estudiaba simpáticamente», dice Pedro. Esa fue al última vez que Aznar pudo compartir con su ídolo. «Son esos tesoros únicos que a veces te regala la vida».
Dos años más tarde, Aznar fue a estudiar música a Boston, donde se contactó con otra figura de gran influencia en su vida musical, el guitarrista Pat Metheny. «Pat y Jaco habían estudiado juntos en la secundaria y eran bastante amigos. Ahí me enteré de que a Jaco lo habían echado de Weather Report por sus desequilibrios y también estaba alejado de su familia. Después, segui escuchando historias de su deterioro y me dio mucha pena porque era realmente brillante. Lamentablemente Jaco terminó en la calle, le robaron sus instrumentos, tenía problemas psiquiátricos a los que se sumaban los de las drogas y el alcohol. Al final, murió golpeado por un patovica de un local, a los 37 años. Su legado es enorme: él marcó un antes y un después en el bajo eléctrico, él se salía del molde constantemente, con una energía muy poderosa». Aznar lo describe como un héroe trágico, una mezcla de vikingo, gitano, surfer y chamán. Imposible de ignorar. «Más pasa el tiempo y la verdad, más valoro haberlo conocido»
#ELSIESTERO, Historias y anécdotas de las mejores Bandas del Mundo, Domingos de 17.00 hs. a 18.30 hs. 105.1FM www.fmsos.com.ar