Luciano Scaglione presenta su disco solista: su trabajo con Attaque 77, las nuevas canciones y la gastronomía
“Lucho al Attaque” se llama el proyecto solista del bajista de la famosa banda. Hágalo usted mismo se llama su primer disco que tiene la participación de importantes músicos. En una entrevista con La Viola, el artista repasó su carrera, su relación con sus compañeros del grupo y sus platos favoritos.
Por Carlos Iogna Prat (TN – La Viola)
Luciano Scaglione, bajista de Attaque 77, presenta Hágalo usted mismo, su primer disco solista. Un álbum en donde el músico describió su mundo sonoro marcado por el rock, algo de ska, una balada, un tema alternativo y mucho punk rock.
El disco se destaca por la participación de importantes invitados, amigos de Luciano que lo acompañaron en más de 30 años de carrera. Así aparecen Juanchi Baleirón, Marcelo “Corvata” Corvalán , Leo De Cecco (compañero en Attaque 77) ,Mikel de Kapanga, Baltasar Comoto , Sergio Rotman (Los Fabulosos Cadillacs, Cienfuegos) y Tamy, entre otros.
Este jueves 12 de diciembre, sus seguidores van a poder disfrutar de un show muy especial en el Roxy, donde sonarán estas nuevas canciones de Hágalo usted mismo. “Me preparo para el recital como siempre. Desde muy chico que me presento en vivo, me pone muy contento armar un show, al igual que grabar un disco o salir de gira. Todas las actividades clásicas de un músico de rock me siguen entusiasmando. En esta oportunidad, al ser la presentación de un disco solista, lo hace más emotivo y con más responsabilidad. Tengo muchos amigos que me acompañan y está bueno”, le contó Luciano a La Viola, a poco de subir al escenario.
Sobre Hágalo usted mismo, el bajista destacó que le es muy familiar: “Es como una continuidad de mis aportes a lo largo de la historia con Attaque 77. Hay pedazos de ideas, de temas que traigo desde hace más de 20 años, pero con un toque más actual. Lo siento cercano a mi historia con la banda”.
En lo que tiene que ver con el estilo de estas canciones, Lucho contó que representa sus gustos musicales, con llegada a los subgéneros del rock como el punk, lo alternativo, el grunge, la música de Manchester, el pop, hard rock, reggae y ska, entre otros. “También hay una balada del tipo de los Ramones. En estos temas aparecen los estilos de todo lo que me gusta”.
“Este trabajo representa una continuidad de mi historia, es una foto de un momento, con un disco solista que me permite salir a tocar estas canciones. Lo necesitaba para no salir a tocar las canciones de Attaque 77 con la nostalgia y el pasado. El presente es lo más importante y por suerte pude grabar un disco que me conforma”.
¿Qué mensaje podemos encontrar en estas nuevas canciones?
-No hay uno solo. Hay varios estados de ánimo. Hay una canción de amor, otra de despedida, un tema que habla de los tatuajes, ya que siempre me sorprendió ver a los fans tatuarse la estrella de Attaque y todo eso terminó en una letra. Hay temas que tratan de generar optimismo. Yo soy muy pesimista y estoy enojado con la realidad de un país tan rico como la Argentina, que entre empresarios, políticos, economistas y sindicalistas se ocuparon de destruirlo con una crisis tras otra. Tengo 51 años y estoy cansado. El país tiene mucho talento, por eso no se desploma y estamos siempre pendientes de un hilo. Toda apunta a una gran grieta externa y la gente la pasa cada vez peor.
¿Cómo fue la grabación de “Hágalo usted mismo”?
– Fue genial. Estuvimos en un estudio llamado Monasterio con los hermanos Cariola. Ellos formaron parte de los Santos Inocentes que trabajaron mucho con Gustavo Cerati y con otros artistas muy talentosos. Tienen un estudio con máquinas de primera y que me permitió grabar a la perfección cada instrumento. Dentro de todo lo moderno tiene también la impronta de la grabación de antes, buscando el mejor sonido. Estuve rodeado de amigos, músicos.
– ¿Qué representó tener amigos músicos como invitados?
– Son músicos que me acompañan desde hace más de 30 años y que tienen grupos exitosos. Compartimos muchas situaciones, buenas y malas, cosas divertidas y shows. Fue lindo invitarlos para colaborar y cantar juntos.
– Estuviste de gira por distintos países
– Sí. Estuve tocando mucho por Europa, Chile y Miami. Fue muy lindo. Hace tres años que Attaque dejó de tocar y trajo recuerdos para los fanáticos. Hay muchos argentinos en España o en los Estados Unidos que la pasaron genial. Los fans que se quedaron huérfanos de la banda de sonido de su vida agradecen de mantener ese espíritu. Toco algunas de las canciones que no sonaron mucho o en las que yo cantaba.
– ¿Cómo es tu relación con los otros integrantes de Attaque 77?
– Leo grabó las baterías de este disco. Somos amigos desde la infancia y tenemos juntos el Strummer Bar. Estamos muy cerca y fue muy linda su participación. Hace 35 años que nos conocemos. Hay momentos de más afinidad y otros donde nos distanciamos. Vivimos cosas muy importantes. Pasa como en las familias, hay un tiempo que nos alejamos por diferencias y después cambia. Me quedo con un lindo recuerdo con este momento en que el grupo está en un impasse.
– ¿Recordás cuando te llamaron para sumarte a la banda?
– Sí. Nos conocimos en la adolescencia porque intercambiábamos discos en la feria del Parque Rivadavia los domingos. Tenía una banda y compartimos algunas fechas con Attaque en festivales que se hicieron en Cemento. Tenía 15 años y mi papá me levó con el auto y me dejó con cara de horror. Ciro era el bajista en esa época y yo le prestaba el bajo. Había mucha camarería. En el primer disco hay una dedicatoria a Luciano de Parásitos que era mi banda. Compartíamos lo que teníamos. En 1992, en pleno éxito de “Hacelo por mí”, había vuelto de vivir en los Estados Unidos, me llamó Leo y me dijo que se iba a ir el Chino Vera. Una madrugada me llamaron para que me sumara ese mismo día. Me subí a un avión para viajar a Río Gallegos y en un micro que nos llevó hasta un show en Río Turbio, me pasaron los temas. Ciro me cantaba en el oído, Leo llevaba el ritmo golpeando los asientos, conectaron la guitarra a los parlantes, y el bajo en otra línea. Fue bastante intenso ese primer show. No había tocado para más de 40 personas. Fue un puntapié muy especial y fluyó todo.
¿Qué sentiste la primera vez que tocaste el bajo?
– Cuando tenía 11 años encontré uno en mi casa que tenía una sola cuerda. Le puse un cinturón como correa y toqué “Smoke On The Water”. Empecé a correr por toda la casa. Me quedé impresionado. A los 14, unos amigos me invitaron a tocar en una sala y me impactó el sonido. Fue un flechazo.
– Más allá de la música, también estudiaste gastronomía ¿Cómo nació el interés?
– Siempre me gustó. Mis viejos estaban separados y pasaba mucho tiempo con mi papá y no había mucho para comer. Aprendí algunas cosas que mi abuela me enseñó a modo de supervivencia y me gustó. Hice la carrera de profesional gastronómico. Después hice varios cursos como sommelier, ceremonial y protocolo, de distintas cocinas y de sushi.
– ¿Cuáles son tus platos favoritos?
– Son los del bodegón. Me cansó la comida muy elaborada, cosas imposibles, la cocina muy larga, donde cada preparación tiene miles de ingredientes para generar un sabor. Me gusta la costilla de cerdo a la riojana, el pastel de papas, y el bife con ensalada mixta. Me cansé de muchos años con la alta cocina en los estudios y ahora estoy en una época minimalista gastronómica.
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