La Mississippi

A 30 años del primer disco de La Mississippi, la banda que tiñó de blues al rock nacional

Desde que irrumpió tardíamente en la década del ‘90, en la Argentina siempre hay lugar para el blues. Sin dudas, La Mississippi es uno de los más grandes exponentes de este estilo y continúa desde entonces sin detener su marcha. El cantante Ricardo Tapia cuenta cómo fue el soñado debut con el disco Mbugi

Por Bobby Flores (Infobae)

Se cumplen 30 años del primer álbum de La Mississippi

Es imposible para una mente millenial, o centennial, imaginar con algún viso de realidad una escena musical donde esté de moda el blues.

Raro , pero en la primera mitad de los 90´s esa música diabólica con tres tonos y cargada de tristezas era lo más moderno que uno podía escuchar.

Desde sus orígenes el blues fue música perversa. Quizás directamente influenciado por la leyenda de Robert Johnson y su encuentro con el diablo en una encrucijada, en la que a cambio de su alma el bueno de Robert recibió los tres tonos que el diablo había tocado para inventar el blues. Tenía 27, como Jimmy Hendrix y Janis Joplin cuando murieron y a esa edad también moría Robert Johnson, habiendo dejado solo un puñado de canciones grabadas pésimamente pero básicas para todo el que quiera asomarse a la música de Belcebú.

Todo esto ocurrió en el delta del Mississipi en 1937, según la película Crossroads que narra el encuentro. También según la monumental obra acerca del estilo que realizó Martin Scorsese.

Robert Johnson, el mítico guitarrista. La leyenda dice que el Diablo le enseñó los secretos del blues a cambio de su alma

En 1990 otra muerte enlutó al blues, pero al mismo tiempo marcó el comienzo de su etapa más próspera. 20 años después de otra muerte legendaria al respecto, la de Jimmy Hendrix también fechada a sus 27, ocurrida en 1970, Stevie Ray Vaughan, el que pusiera al blues en la vidriera por última vez, apagaba la luz y entregaba el equipo. Todos pusimos los oídos en él después que David Bowie lo reclutara para que sea su guitarrista en el exitoso Let´s Dance. Lo había visto tocar en el festival de Jazz de Montreaux. Fue verlo y amarlo, ahí mismo cerraron el acuerdo como dos viejos amigos. Pero ciertamente jamás llegaron a serlo, demasiados egos en la misma sala de ensayo nunca resisten. Stevie Ray Vaughan decidió salir de la vida de Bowie apenas terminados los compromisos tomados. Si te he visto trataré de no acordarme.

SRV puso de moda el blues en todo el mundo, más allá de su endiosamiento como guitarrista, compositor y cantante, era dueño de un carisma descomunal.

Nacido en Dallas, Texas en 1954. Creció artísticamente en la escena de Austin, la ciudad con más bares de música en vivo por km2 del planeta. Hermano menor del no menos célebre guitarrista y cantante Jimmie Vaughan, líder de los Fabulous Thunderbirds, otro genial.

Stevie, esa mezcla de Clint Eastwood y Elton John, que como Hendrix y Prince no llegaban al 1.70m pero en el escenario parecen gigantes, fue dueño de un estilo para tocar que enseguida llamó la atención de toda la comarca, desde Albert King hasta Eric Clapton se subyugaron al verlo y escucharlo. Con el mundo de la música rendido a sus pies, en medio de una gira lo trasladaron en un helicóptero que se cayó del cielo y se estrelló en Wisconsin.

Y como casi siempre sucede, la muerte de una estrella recalifica su obra.

Pasó en todo el mundo, pero en Buenos Aires fue mayor el reconocimiento. Sobre todo porque estaba anunciada la llegada por primera vez de Eric Clapton a la argentina, y como andaban de gira juntos comenzó a especularse con la posible presentación de Stevie Ray Vaughan abriéndole el show a su amigo. Nunca pudo ser, aunque siempre fue incomprobable la posibilidad. Nosotros mismos que estábamos en la empresa que organizaba los shows jamás pudimos corroborar nada sobre el asunto. Pero jamás lo negaron ni desde allá ni desde acá.

Curiosamente el blues no es tradicional aquí, no hay una historia abundante al respecto, en todo caso siempre se parte desde Manal y Pappo´s Blues. Dos senderos que se bifurcan desde el estilo de cada uno, el de Manal era un blues más porteño que el de Pappo, universal y sólido desde la semilla.

En los 70´s nos veíamos tan sinfónicos que el blues nos quedaba demasiado lejos. Mientras en este oscuro rincón del planeta tratábamos de apartar las telarañas, en el hemisferio de arriba estaban dándole duro a la música disco, excepto en Londres donde se estaba preparando el escenario para la aparición del punk.

Opacos días para el jazz y el blues, que intentaban de alguna manera arrimarse a los rockers de moda generando los más desatinados híbridos que fueron capaces de hacer.

En 1978 en USA, en el famoso Saturday Night Live debutan John Belushi y Dan Aykroyd personificando a The Blues Brothers. Parodia genial de una banda de blues de Chicago.

Un año más tarde tenían en todo su país el más alto rating televisivo, en los cines la película más vista y en las zonas comerciales el disco más vendido. Todo bien hasta la muerte por diversas causas de Belushi.

Casi en paralelo, aunque en otro mercado, desde la pantalla de ATC hace su irrupción en nuestra vida argentina Memphis La Blusera. Lejos de la parodia ganan un concurso de bandas nuevas.

Obviamente Adrián Otero no era John Belushi, pero quizás era mejor.

No pasaban de ser tímidos asomos de una vertiente esencial del rock tratando de arrimar en la gran conversación que pasaba por otro lado.

Hasta la llegada y posterior fallecimiento de Stevie Ray Vaughan.

El furor fue planetario. Como siempre pasa… acá más.

Así que tras la muerte del nuevo bluesman semidios, renació el blues como género popular.

Pappo dejaba de lado su aventura Riff volviendo a Pappo´s Blues, Memphis ya era una banda de estadios, aparecen lugares para experimentar con el blues. Recuerdo principalmente al antro de La Boca, El Samovar de Rasputín que Napo, un blusero de ley, transformó de cambalache a boliche cool, donde tocaban desde Jorge Pinchevski a Botafogo, y visitaban personajes entrañables al estilo de Clapton y B.B.King mismo que dejaban su firma en los muebles del lugar.

También tocaban en Baires la nueva camada internacional de bluesmen como el guitarrista ciego Jeff Healey, Robben Ford, Robert Cray.

Todo matizado con la llegada de nuevos proyectos nativos como La Blacanblues de Deborah Dixon y Cristina Dall o La Mississippi Blues Band, que eran seguidos por miles.

También en las radios empezaron a proliferar programas al respecto.

Me voy a detener en la aparición de la Mississippi Blues Band, con el tiempo apenas La Mississippi. Liderada por un frontman nacido para cantar como Ricardo Tapia, además del Negro Tordó en la batería. Con un armoniquista que después tocó con Pappo, Luis Robinson, más un guitarrista de estirpe bien blusera como Gustavo Ginoi, de Florencio Varela al centro subidos al blues, La Mississippi comenzó a hacerse notar.

Tienen a esta altura muchos discos, pero después del disco debut Mbugi sencillamente sorprendente, de 1993, se consagran con Bagayo al año siguiente.

Una verdadera banda que había comenzado por el sur tocando covers de standars y llegan al disco no solo tocando sino componiendo y produciendo.

Ricardo Tapia, cantante y uno de los compositores de La Mississippi

A 30 años del debut me encuentro con Ricardo Tapia, mi parceiro, que recordaba los inicios de la banda y su comunión con la gente.

“Tocábamos en Oliverio blues tradicional. Cuando vimos que venía bien nos agarraron ganas de componer , y así nació el primer tema propio ‘Buenos Aires Blues’, de Luis Robinson, Gustavo Ginoi y mio. Los tres la hicimos. Nuestra idea era experimentar hasta estar a la altura, porque si tocábamos blues clásico y nuestros temas no alcanzaban la vara, en los shows se hace un bache que no podes saltar. Hay que ser muy autocrítico. Trabajamos mucho en la composición y así salieron los otros temas de Mbugi, ‘Blues del equipaje’, una composición vieja mía que se llamaba ‘Boogie de la Ruta 2′. Fuimos sumando canciones hasta que grabamos un demo”.

“Una noche en una fiesta el Negro Tordó se encuentra con Hilda Lizarazu que queda encantada con el demo hasta alcanzárselo a Gustavo Gauvry que tambien lo escuchó y le gustó. De ahí se decidió trabajar juntos en Mbugi. No es más que el demo con algunos temas nuevos, pero ya tocando con nuestra impronta. No es quizás el disco que nos defina, muy con sonido de los 90´s, pero si es histórico para nosotros. Lo seguimos tocando porque tiene temazos, pero ahora ya con el agregado del propio blend. Y más allá del sonido del 90 que a veces te gusta, a veces no, como los 90´s”.

“Con Mbugi ganamos un disco de oro, 30000 discos vendidos, sin haber salido mucho del barrio. También gracias a ese álbum tocamos con John Mayall en Buenos Aires, también tocamos en festivales en Brasil, en Colombia. Ese disco nos acercó mucho a la gente que aún hoy nos pide temas de Mbugi. Ahí uno entiende el poder de la canción, la placa está llena de buenas canciones que perduran”.

“También es cierto que nosotros queríamos hacer canciones que tuvieran blues, no canciones de blues que tuvieran letra. También hace diferencia la forma de tocar la guitarra de Ginoi, que no hace solos largos, toca frases, como Santana que toca frases musicales en los temas. También compone para vientos y eso nos ayudó siempre bastante. Compuse temas en su casa en dos horas, con él tocando el saxo y yo cantando”.

“En cuanto a las letras siempre esquivo caer en lugares comunes. Me esfuerzo porque he leído mucho, y aun lo hago, así que siempre me preocupó salir de lo vulgar y hablar de diversidades. Este disco fue un gran impulso para hacer después Bagayo, que fue un paso magistral para mi.”

A Tapia, Tordó y Ginoi hay que sumar a Claudio Cannavo en el bajo y al tecladista Gastón Picazo. También fueron parte de la banda Luis Robinson y Chucky de Ipola en diferentes momentos.

Compartieron escenarios con Jeff Healey, gran guitarrista ciego que maravillaba con su instrumento sentado, con la viola horizontal sobre las piernas tocándola como un pianito. También con el legendario Paul Rodgers.

Han ganado muchos premios, vendieron muchos discos y tocan todo el tiempo, juntos o con proyectos paralelos como el trío de Ricardo Tapia. El blues es como el sol de Marilina, aunque no lo veamos, siempre está. La Mississippi sigue siendo la banda de blues más intelectual y poderosa del país.

#ELSIESTERO, Historias y anécdotas de las mejores Bandas del Mundo, Domingos de 17.00 hs. a 18.30 hs. 105.1FM www.fmsos.com.ar

 

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