CLASE DE GEOGRAFÍA
JUAN SEBASTIAN BAR
Corría el verano de 1966, mas exactamente el mes de enero, cuando un grupo de «valientes» jóvenes provenientes de la Capital Federal, alquilaron una gran casa ubicada es una de las tantas esquinas de Villa Gesell.
Mucho tuvo que ver este mítico bar, para ser una de las incubadoras de nuestro rock argento, lugar donde aquellos muchachos hicieron las canciones y formaron la banda con la que meses después se grabó el primer disco de rock en Argentina.
El Juan Sebastián Bar, los Beatniks y la canción “Rebelde”, todos sucedidos durante ese verano, ubicaron a Villa Gesell en un lugar de privilegio a la hora de reseñar los orígenes del prolífico rock.
El Juan Sebastián Bar, estaba ubicado en la esquina de Paseo 107 y Avenida 2 y fue aprovechado por varios integrantes de los Beatniks, para tocar durante todo el verano.
Así, comenzaron a aparecer sobre su escenario las primeras composiciones propias, mas teniendo en cuenta que sonaba el rock que ya se escuchaba en Estados Unidos e Inglaterra, pero que aportaban una novedad insólita: letras en castellano.
Hasta ese entonces, los grupos de rock se limitaban a imitar canciones en inglés o, en el peor de los casos, a realizar traducciones espantosas.
Moris en un viejo comentario decía: “Era inconcebible para el mundo adulto, de la música y los discos, que tipos como yo, Spinetta, Manal o Pappo decidiéramos ser compositores, porque compositor era un señor serio, grande. Compositores eran Cadícamo, Troilo, Piazzola, músicos reconocidos, que habían estudiado. Nosotros éramos unos insolentes ¿Cómo íbamos a ser compositores? Creían que lo nuestro iba a ser algo pasajero”,
Luego de aquella temporada geselina de 1966, los Beatniks se rearmaron en Buenos Aires con el regreso de Pajarito Zaguri y la partida de Javier Martínez, quien acababa de formar Manal con Gabis y Medina.
Consiguieron una oportunidad para grabar en la poderosa discográfica CBS. El simple de vinilo incluyó dos canciones de repertorio construido en Gesell: “Rebelde” y “No finjas más”.
La primera era una especie de manifiesto inconformista de Moris, quien, pese a los múltiples vínculos de los hippies con Gesell y el rock argentino, se desmarca de ellos recordándose más bien como un tipo “que creía en la paz pero no andaba con una flor en la mano, porque estaba dispuesto a pelear con todos, los militares, la policía, los abogados, mi familia y cuanto se me pusiera por delante”.
La otra composición era de Javier Martínez, quien cuenta haberse inspirado en “la falsedad de mucha gente que veía en esas noches de bares en Gesell”.
Ese verano, en pleno auge pacifista por lo de Vietnam, Pipo Lernoud, Pajarito Zaguri, Moris y Javier Martínez, deambulaban por las playas de Gesell hasta cualquier hora, haciendo temas en cualquier rincón, sin imaginar que empezaba a nacer uno de los movimientos musicales más importantes de nuestro país que influenciaría al rock uruguayo, chileno, peruano e incluso en México y España.
En mitad de ese verano Pajarito Zaguri tuvo que emigrar para Mar del Plata por ser declarado “persona no grata” en Gesell por el comisario.
Para ese año comenzaron a confluir tres corrientes culturales, los escritores y poetas, los músicos (náufragos) y los plásticos, alrededor del Instituto Di Tella, lo que permitirá tocar en el Instituto a Manal y Almendra.
LUGAR MÍTICO DE NUESTRO ROCK ARGENTO
#ELSIESTERO, Historias y anécdotas de las mejores Bandas del Mundo, Domingos de 17.00 hs. a 18.30 hs. 105.1FM www.fmsos.com.ar