GENIOL (y su encuentro con LUCA)
“A Luca lo conocí en el bar Einstein. Yo tocaba con Geniol con Coca, con Stuka de Los Violadores. Una noche se acerca un tipo al que le decían Gulliver y le pegó a Luca porque cantaba en inglés.
El tano se paró, de gladiador nomás porque lo iba a matar, y yo me colgué del cuello del gigante y empecé a apretarlo, por miedo porque si lo soltaba me mataba.
Después, nos quedamos tomando algo y me invitó a tocar.” Al principio, para juntar a los seguidores de los dos grupos, los afiches decían Sumo con Geniol con Coca. “Y había que remarla”, recuerda Geniol, quien considera que más que amigo (“porque ahora son todos amigos”) fue compañero de andanzas de Prodan, de esos que continúan cuando todos se van a dormir.
Nos divertíamos mucho. Yo subía como Tito, el tonto, el personaje que se come los mocos y juega como un capo
con el yo-yo, o como la prostituta alcohólica que cantaba ‘un pseudopunkito, con el acento finito’… en La rubia tarada”. Y aunque se ríe, Geniol también se queja porque “nunca vi un mango” y “Timmy (McKern, el representante de Sumo) nos usó mucho”. “
Con Luca vivíamos en la indigencia absoluta, en un conventillo en la calle Alsina. No teníamos ni agua caliente. Desayunábamos con ginebra. Yo dejé la casa cinco días antes de su muerte, él me había avisado que se moría. La última época de Luca fue decadente”.
Después fueron unos meses junto a Divididos, llegó un unipersonal en el que sus personajes vieron el éxito, se subió a una pequeña gira como resiger de Crazy Circo, estuvo tras las rejas en Rusia, se deprimió y salió de la depresión, dejó el alcohol, se encontró con la mujer que comparte sus días, actuó en algunas películas, vendió corbatas de diseño, hizo el circo más pequeño del mundo (“con la carpa del tamaño de una sombrilla”), estudió gemología y siguió en busca de la tranquilidad.
Hoy, sereno, acaba de terminar LSD con Geniol, el CD en el que musicalizó poesías de Ludovica Squirru (“la mejor poeta que te podés imaginar”), y otro en el que hizo lo mismo con Natalia Cohen, Antonio Requeni y Tom Lupo. Mientras refacciona su casa, reflexiona: “Es que el artista del underground siempre tiene que inventar alguna historia para sobrevivir, no hay vuelta.”
Para los que no saben quien es Geniol, es entre tantas cosas, el que grabó esa parte del tema de Sumo «Una noche en New York City (la rubia tarada)».
Nació en 1948 con el nombre de Héctor Rosa y desde chico tuvo vocación de enfrentar al público. Comenzó haciendo imitaciones en los bares. Uno de sus personajes era aquél hombre lleno de alfileres en la cabeza de la publicidad de Geniol, de ahí adopta su apodo. Su locura sin límites llegó a tal punto que, según cuenta él mismo, de chico simuló sufrir un ataque en medio de un recital de Sandro y los de Fuego, logrando interrumpir el evento y llamar la atención de todos los presentes.
Estuvo 2 años preso en una cárcel de alta seguridad de Siberia por contrabandear uranio en Rusia. Cuenta la Historia que un dia a la carcel fue Boris Yeltsin y Geniol era la única persona de este lado del mundo preso en una carcel de alta seguridad en Rusia….y se le ocurre cantarle un bolero a Don Yeltsin….y queda tan agradado que lo indulto y asi Geniol no murio ahi.
También se convirtió en Campeón de Yo-yo (sí, campeón de yo-yo) y comenzó a estudiar el arte de ser mimo. Al mismo tiempo tenía una peluquería para poder sobrevivir. Esa peluquería se convirtió en el bar Umbral, lugar donde nació su banda Geniol y sus aspirinetas, creando el género del rock teatral, y donde se armaban zapadas
#ELSIESTERO Historias, anécdotas de las mejores Bandas del Mundo Domingos de 17.00 a 18.30 hs. 105.1FM www.fmsos.com.ar