Manuel Ricardo Espinosa nació en Gerli el 31 de diciembre de 1966 fue un cantautor y músico de punk rock. Fue vocalista, guitarrista y compositor principal de la banda de punk Flema, entre 1987 y 2002.
En febrero de 1981, aprendió a tocar la guitarra y en 1982, se incorporó como segunda guitarra del que fuera su primer grupo Stress junto a Chucho en bajo y voz, Baty en primera guitarra (a quienes conoció en la escuela industrial E.N.E.T. N°6 «Ángel Gallardo») mas «el enano» en batería, con el que interpretaba canciones de Pescado Rabioso, Vox Dei, etc. Con la incorporación de Mariano Braco como vocalista, la banda cambia de nombre y pasa a llamarse Armagedon con un estilo definitivamente Heavy Metal haciendo covers de V8 y de Pappo. Con el tiempo su música se fue haciendo más pesada y a mediados de los ochenta forma el grupo Overkill, junto a Fabio en voz, Juanfa bajo, Roger Bateria y Ricky en guitarra, mutando a lo que ellos llamaban black metal.
Tiempo después Ricky conoce a Juan Fandiño y se incorpora a Flema y su inconfundible sonido punk-rock.
A Ricky se le atribuye el título de promotor de la escena underpunk en la Argentina con su banda paralela Flemita, los discos incluían covers y estimulaban a las bandas de la escena under local.
El 30 de mayo de 2002 después que Ricardo Espinosa y Luichi grabaron las voces para el último álbum, «5 de copas» volvieron, pasadas las 21 horas a la casa de Luichi, ubicada en el quinto piso de un monoblock de Avellaneda, donde siguieron bebiendo y allí Espinosa perdió el equilibrio y cayó por una de las ventanas. Auxiliado, falleció en la ambulancia camino al hospital. Si se suicidó o simplemente perdió el equilibrio, es algo que no se pudo esclarecer. El velatorio progamado inicialmente en una funeraria, fue suspendido por los dueños esta, al ver la multitud de punks que se avecinaba, por lo que el velatorio se hizo en el patio de la casa del hermano, al que asistieron el guitarrista y vocalista de El Otro Yo, Cristian Aldana y el cantante Niko Villano de Villanos. La tumba de Ricky Espinosa, en el pabellón San Juan XIII del Cementerio de Avellaneda, en Villa Dominico, se convirtió en sitio de peregrinaje punk, pero a causa de los destrozos ocasionados por los fans, los restos del músico fueron exhumados, cremados y entregados a su familia.
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