Color Humano

Color Humano, el rock surrealista después de Almendra y los 50 años de un disco impresionante

Hace ya medio siglo, la banda integrada por Edelmiro Molinari, Rinaldo Rafanelli y Oscar Moro (que reemplazó a David Lebón en la batería), grabaron Color Humano II. Las canciones y el recital en el Luna Park que no fue y alimentó la grieta musical entre el rock y los grupos beat

Por Bobby Flores (Infobae)

Color Humano

La separación de Almendra en 1970 fue quizás el primer cimbronazo vivido por la joven cultura rock de este alocado rincón del mundo. Allí se acuñó la legendaria e inciática frase de Luis Alberto Spinetta al respecto del rompimiento: “Almendra no se está separando, se está multiplicando.”

Marcando el primer cambio generacional del rock, los precursores, esa eterna trilogía divina integrada por Almendra, Manal y Los Gatos, estaban en el 71, todos separados. Algunos emigraron por un rato y algunos por mucho tiempo. Litto Nebbia se fue a México, Javier Martínez a España, Luis mismo se fue un tiempo a Francia igual que Miguel Abuelo, Ciro Fogliatta también parte a la madre patria en compañía de Pappo, Vitico de La Joven Guardia aparece en Londres. Los que quedaron se iban reagrupando. Los de Manal Claudio Gabis y Alejandro Medina se unían a Billy Bond y La Pesada, Alfredo Toth apareció en Santa Bárbara, banda beat que era la moda del momento, los de Almendra se multiplicaron de verdad.

De manera que los pioneros ya hacían mutis por el foro.

Quedaron salvaguardando el estilo Vox Dei que con La Biblia alcanzaron el trono, pero el beat era lo que se usaba. Esos primeros años 70´s fueron pródigos viendo nacer estilos y subculturas musicales que convivían en una extraña aunque sólida armonía.

Todavía no había grietas, así que para los rockers de Almendra y Los Gatos no existían problemas en compartir cartel con Los Náufragos o Pintura Fresca. La diferencia radicaba en que las bandas de beat seguían juntas porque no eran tan personalistas como las bandas de rock. En el movimiento beat el grupo siempre era más importante que las personas, nadie sabía quién era el tecladista de Industria Nacional ni el baterista de Agua Mojada, pero todos sabían que en los últimos trabajos de Los Gatos el guitarra era Pappo, o que el baterista de Vox Dei era de Quilmes y se llamaba Ruben Basoalto. Así que en esas bandas podían cambiar a todos los integrantes y mientras sonaran igual a los anteriores no problem. Pero se complicaba eso en el rock, porque andá a cambiar a Claudio Gabis en la viola o a Emilio Del Guercio en el bajo de Almendra. Imposible esquivar la comparación, y siempre iba a salir perdedor el nuevo.

Los integrantes de Almendra, de izquierda a derecha: Emilio del Guercio, Rodolfo García, Luis Alberto Spinetta y Edelmiro Molinari

Por eso es que ese primer rompimiento umbilical del rock movió el piso de muchos chicos que comenzaban a acercarse a esos acordes rabiosos y genuinos. Era una urgencia que la movida artística, que había aparecido un lustro atrás rompiendo reglas y estructuras artísticas, pusiera segunda. Ahora tomaba el valor de promesa esas palabras de Spinetta. Se tenía que acomodar a todo el rock el concepto de no separarse sino multiplicarse.

Entre 1970 y 1973 comenzó a desarrollarse la impronta que gobernaría el gusto musical de la clase joven en los próximos 50 años.

En 1971 Pappo regresa de su experimento europeo fallido armando enseguida Pappo´s Blues con Black Amaya y David Lebon en bajo. Spinetta también de vuelta graba Spinettalandia con sus amigos. Después de probar con un power trío al lado de Pappo y Pomo Lorenzo, y más tarde con Edelmiro Molinari y Pomo formar Tórax, un trio que tocó en vivo pero jamás grabó, se guardó esas canciones para con todos ellos, más Miguel Abuelo, hacer ese disco, a modo artesanal, que el sello editó bajo el nombre de Almendra. Locuras de esos inicios lisérgicos de la industria.

Desde el sur Vox Dei tomaría la delantera popular, y más al sur, desde La Plata, aparece La Cofradía de la Flor Solar, con Skai Bellinson y Kubero Diaz aportando sus inigualables dotes.

Al año siguiente los de Almendra comienzan a multiplicar el rock. Mientras Spinetta encaraba la formación de lo que luego sería Pescado Rabioso, Emilio del Guercio y Rodolfo García arman Aquelarre con el gran guitarrista Héctor Starc y el tecladista Gonzalez Neira. Por su lado Edelmiro Molinari junta fuerzas con el ex Los Gatos Oscar Moro y Rino Raffanelli en bajo para iniciar la aventura Color Humano.

Color Humano es el nombre de una canción de Molinari que está en el disco de Almendra. Ciertamente el comienzo del grupo fue con Rinaldo y David Lebón en la batería, que enseguida acude al llamado de Luis Alberto Spinetta para integrarse a Pescado, dejándole el banquito detrás de los parches a Moro.

Graban su primer álbum que iba a estrenarse en el Luna Park la noche de Billy Bond gritando “¡Rompan todo!” a la monada, que le hizo caso haciendo tanto destrozo en el estadio que se debió cancelar el concierto.

Entre estos ataques de drogadictos y la aparición de la revista Pelo el rock empieza a automarginarse del resto de los mortales. A estas cosas siempre supuse que debíamos las dicotomías, las fisuras y las grietas que tanto mal le han hecho a la difusión musical. Es lo que nos diferencia de Brasil, que mientras haya músicas, está tudo bem. Aca con algunos estaba todo bien, con otros no. Nunca supieron explicarme por qué.

Ese año también se consagran Arco Iris con “Sudamérica o El Regreso de la Aurora”, una operita con aires folklóricos. Mientras aparecen Sui Generis y el genial Pappo´s Blues Vol II con “El Tren de las 16″ y “Desconfío” señalando el camino que debía tomar el blues en argentina.

Hasta que llegamos al glorioso 1973. No me detendré en el debut de Leon Gieco, ni en Pescado Rabioso II donde abrevó Eminem para su ultimo disco, o en el inmenso “Muerte en la Catedral” de Litto con Nestor Astarita y el Negro González. Mucho menos en el primordial “Artaud” de Spinetta.

En ese año 1973, aparece el simple de Color Humano que contenía “Hombre de las Cumbres” en el lado A, y nada menos que “Mañana por la Noche” en el B. El blues mas surrealista de la historia, a la par de “Sandwiches de Miga” de Pappo´s Blues, aparecido también en 1973.

Siempre sostuve, desde mi, sin mas fundamento que ese, que la cumbre del blues surrealista argentino se dio en 1973, con “Mañana por la Noche” que empieza diciendo: » Estoy tan cansado, que me voy a suicidar, mañana por la noche…”. Sumado al inicio de “Sandwiches de Miga” de Pappo y Machi Rufino: “No puedo evitar, que vengan hacia mi, los sándwiches de miga…”- Y ni hablar del “Cementerio Club” de Artaud: » usto que pensaba en vos nena, cai muerto…”-

Todo mortuorio e inimaginable, pero nuestro.

En medio de todo eso aparece Color Humano II. Este mes se están cumpliendo 50 años de su aparición y se lanzó una reedición merecida en vinilo por la compañía que lo tiene en su catálogo.

El disco en realidad se había pensado como un doble, pero los ejecutivos de esos años decidieron lanzar un long play solo, y meses después lanzarían la otra parte bajo el nombre de Color Humano III. Digamos que creativos no eran, pero ahorraban dinero en eso. Así les fue después. Hoy es este un disco que resulta demoledor si hablamos de fuerza natural, como diría Gustavo Cerati.

Color Humano II abre con “Sangre del sol”, una especie de grito tribal con reminiscencias de Santana, que ese mismo año llegaría a Buenos Aires por primera vez y sonaba en todas las radios. Cantado con ese estilo barroco que caracterizaba a Edelmiro.

Después llega “La tierra del Gitano”, música progresiva podría decirse, acordes complicados y una letra terrenal que suena más a excusa para lanzarse en unos interminables solos de guitarra y batería al mismo tiempo, que a la necesidad de mensajear.

Aparece entonces “Pascual tal cual”, un riff demoledor en medio de una oda campestre para la aventura de Pascual. Ranchos, carretas y ocasos que lindan más con unas estrofas de nuestro más profundo folklore que con el vuelo poético urbano del rock. Con muchos cortes y quebradas como en el tango, para irse lentamente hasta el final casi desdibujándose, acabando en un final breve y épico.

“Humanoides” cierra el lado A, un acercamiento al dark rock que llegaría unos años después. un solo enloquecedor de guitarra del que sale Edelmiro con unos acordes, escalas y silencios que les permiten a los otros sus valiosos aportes para crear un clima opresivo y elegante.

El lado B comienza con 15´de “Va a Salir un Lugar”, una mini ópera rock con una letra algo inentendible pero adecuada.

“Va a salir un lugar.

Donde vivir, donde hablar.

Avistándose los rayos,

El mercurio de las canas,

Que nos guían al lugar sin cenizas,

Sin cenizas, sin cenizas.

Empezando a criar en paz,

Donde el agua, viento, tierra y fuego

Sean carne tuya. Carne tuya.

Al salir de la pluma me caigo en tu fuego.

Va a salir un lugar

Donde vivir, donde hablar…”

Y así hasta llegar al final entre solos de bajo y batería.

El disco termina con “Un blues para Adelina”, glorioso blues de la más pura estirpe criolla. Con la exquisitez guitarrera de Edelmiro Molinari en su esplendor. Una fineza instrumental con lírica acorde. Por algo siempre en las conversaciones acerca de grandes guitarristas argentinos aparece su nombre sin admitir discusiones.

El disco se presentó en un par de jornadas gloriosas en el teatro Astros, dentro de una puesta escénica con globos y grafitis. Todo muy hippie, todo muy lindo, literalmente, según dicen los que estuvieron. Grabado en los estudios míticos Phonalex, Color Humano II es la más clara muestra de una época en extremo brillante para la música, no solo acá, sino en todo occidente.

Aún hoy estas canciones son importantes, lo noto cada vez que suenan en mi programa entre Interpol y Radiohead. No se subleva el clima radial, no se contraponen ni colisionan, parecen todas aparecidas en la misma época, que es ahora. Un lenguaje original entre melodías de eterna permanencia. Tengo unos centennials trabajando conmigo, que no llegan a los 24 años, que cada tanto, entre tantas músicas que programamos, me piden algo de estas hippeadas, siempre apreciadas.

Bienvenidas entonces estas reediciones a 50 años de su creación, demostrando que hoy ya no existen músicas nuevas o viejas, sino que hay canciones que perdurarán siempre por su calidad, su originalidad y sobre todo, por su persistente mensaje abrecabezas.

#ELSIESTERO, Historias y anécdotas de las mejores Bandas del Mundo, Domingos de 17.00 hs. a 18.30 hs. 105.1FM www.fmsos.com.ar

 

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