El día que Bob Dylan boxeó en Almagro y pidió visitar la tumba de Carlos Monzón
El artista, que cumplió 83 años, recorrió las calles de la Capital Federal en la previa de su show en Vélez allá por 2008. Además, continuó con su tradición de golpear la bolsa en cada ciudad a la que visita.
Bob Dylan no solo dejó un legado incontrastable a nivel musical, sino que también se convirtió en el primer artista del rubro en conquistar el Premio Nóbel de Literatura gracias a su extraordinaria prosa. La leyenda, que cumple 83 años alejado de los escenarios, pero con un nuevo libro en ciernes, cuenta con un nexo muy particular con nuestro país: el norteamericano no solo visitó la Argentina, sino que boxeó en Almagro y exigió visitar la tumba de Carlos Monzón.
El intérprete, que nació el 24 de mayo de 1941 en Misisipi bajo el nombre de Robert Allen Zimmerman, ya era una de las figuras más prominentes de la historia cuando decidió viajar hacia Buenos Aires para llevar a cabo un concierto en el Estadio de Vélez. Corría el año 2008 y el estadounidense, ritualista como pocos, quiso practicar una de sus disciplinas predilectas en la Capital Federal.
El lugar escogido fue ni más ni menos que el Almagro Boxing Club, ubicado en la Avenida Díaz Vélez al 4000: allí, supieron entrenarse y dar sus primeros pasos algunos mitos del deporte como Pascualito Pérez -quien se quedó con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 1948- y Alfredo Prada. El ganador de diez Grammy, que arribó vestido con un sombrero de lana y gafas de esquiador, se cambió para darle algunos golpes a la bolsa.
El día que Bob Dylan boxeó en Almagro
El autor de icónicas canciones de la talla de “Blowin’ in the Wind” y “End of the line” solía acercarse a un gimnasio situado en zonas bien alejadas del sector más céntrico en cada nación a la que visitaba para evitar el asedio de los paparazzi. En aquella oportunidad, tan solo un fotógrafo logró tomar una postal de la llegada del cantante y poeta al humilde recinto porteño, que se reprodujo a mansalva en todos los medios de comunicación.
“Otra de sus rutinas es caminar un par de cuadras camino a la cancha donde toca. Como él sabía que yo era argentino, me dijeron que Bob me quería preguntar algunas cosas. Obvio que me sorprendió, pero mucho más cuando me consulta qué le podía contar sobre la Dictadura y sobre Malvinas. Al otro día, de nuevo, y se me complicó, porque me pedía hablarle de Perón, Evita y el bombardeo del ‘55″, confesaría un anónimo miembro del staff en una entrevista con Clarín.
El fanatismo de Bob Dylan por Carlos Monzón y la emoción por los recortes de las peleas en los diarios
Dylan, no contento con ello, tuvo un pedido más en uno de sus tantos retornos a territorio albiceleste: “Me encaró y me dijo que quería ver a Monzón. Le expliqué que estaba muerto y me dijo que ya sabía, pero que quería visitar su tumba. Como tocaba en el Hipódromo de Rosario e íbamos en el bus de gira, quería saber si el micro podía desviarse. Al final no se hizo porque era demasiado complicado”.
Ofuscado por la negativa del equipo que lo acompañaba, decidieron sorprenderlo con un obsequio: “Le compramos varios diarios históricos con las crónicas de las peleas. ¡Le encantó! De hecho, me pidió si le podía traducir parte de las notas y me contó que se acordaba especialmente del combate con Mantequilla Nápoles, que en los Estados Unidos había generado mucha expectativa”.
En total, fueron cuatro las oportunidades en las que el compositor pisó suelo argentino: su segunda incursión, en 1998, fue una de las más icónicas ya que compartió escenario con los Rolling Stones. Su última performance sería en 2012, cuando actuó durante cuatro noches de abril en el Gran Rex. El recuerdo aún asoma como imborrable.
#ELSIESTERO, Historias y anécdotas de las mejores Bandas del Mundo, Domingos de 17.00 hs. a 18.30 hs. 105.1FM www.fmsos.com.ar