ROCK Y BLUES
ALAMBRE GONZÁLEZ
Daniel “Alambre” González es uno de los más prestigiosos guitarristas que tiene el rock y el blues en Argentina. Comenzó su carrera en la música desde pequeño, a los 9 años de edad, cuando su padre le regala una guitarra española. Desde ese momento empieza a descubrir los sonidos del folclor argentino, de los tangos, de los boleros, y más tarde es convocado para integrar un grupo en su escuela. Para los años 70 empieza a escuchar rock, particularmente los discos de Jimi Hendrix, y es ahí cuando su interés musical cambia de rumbo.
En 1975 “Alambre” González forma su primera banda, con la cual interpreta cóvers de Jeff Beck, Johnny Winter, Cream y Pappo’s Blues, a la vez que va ampliando su colección de discos de música negra, siendo el blues y el soul los géneros que más influencia van generando en el desarrollo de su estilo interpretativo. Es la época de los últimos shows de Manal, La Pesada del Rock And Roll y Pescado Rabioso, bandas pioneras del rock en Argentina, a las cuales se encargaría Alambre de suceder, proceso que empieza en 1978 con el proyecto MAM, al lado de Omar y Ricardo Mollo y Diego Arnedo. Estos dos últimos luego conformarían Divididos.
Luego de MAM, “Alambre” comenzó su carrera profesional, primero como músico de sesión y luego con sus propios proyectos como Alambre y la doble Nelson, al lado de su hermano Gustavo “Bolsa” González, “Sirso” Iseas, Pipo Vega, Patán Vidal y Claudia Puyó. En el año 2000 formó Alambre y Los Vibroking con su hermano “Bolsa”, Patán Vidal y Máximo Pera Renauld.
En 2007, como ya lo habíamos mencionado, “Alambre” grabó “Casino” y en 2009 presentó “Yo invito”, álbum grabado con Pato Rafo en la batería, Silvio Marzolini en los teclados, Daniel Andrett en la guitarra y Sirso Iseas en el bajo.
EN PRIMERA PERSONA
«Pappo siempre me decía: ‘Vos nunca vas a ser famoso. No te sabés vender, loco. Tenés que salir en la foto. Y yo soy cero de eso…»
Sin embargo, al costado de la «fama», Daniel Alambre González supo trazar un camino que hoy lo ubica entre los guitarristas más prestigiosos del blues, el rock y algo más.
«Arranqué en el ’78, más o menos, en lo que fue la prueba piloto de Riff, junto a Pappo, Alejandro Medina y Juan Rodríguez; de ahí pasé a la banda de Raúl Porchetto, en un momento en el que él estaba muy fuerte», repasa González, que al mismo tiempo iba armando su propia carrera, en lo que define como el ‘under’.
En ese plan, Alambre y la doble Nelson -con su hermano, el ‘Bolsa’ González- fue el disparador de su primer álbum solista, a mediados de los ’90; luego vendrían Alambre y los Vibroking y varios discos más, que el músico recopiló en Alambrología, un extenso muestrario de su recorrido, al que se puede acceder en las plataformas digitales. «Lo mío fue siempre ‘under’, pero de Café La Humedad con Cacho Castaña a la hija de B. B. King, nunca dejé de tocar», dice.
-A pesar de ese abanico musical amplio, quien te conoce te identifica con el blues.
-Pero el blues tampoco es lo mío. Yo prefiero identificarme como aprendiz de todo y oficial de nada. Me gusta el blues; me encanta, pero en el show mío vas a escuchar uno o dos, y después hay un funk, una balada, un rock and roll… En el último disco grabé una chacarera: El olvidado. Eso también hace que lo que hago no sea tan comercial. La gente se desorienta. Pero cuando grabo, me doy esos gustos. Total, no tenemos compañía, no tenemos una producción que nos hinche las pelotas. Tenemos la libertad de hacer lo que queremos. Todo tiene sus pro y sus contras. Pero si te ponés a estudiar qué es lo que vende, te tenés que convertir en un investigador de mercado. Y yo para eso no sirvo.
-¿Te sentís más cómodo haciendo tus temas o interpretando los de otros?
-Disfruto mucho la composición, laburar las letras… Y cuando hacemos covers, le damos nuestro estilo. Una vez le dije a Luis (Spinetta): «Hicimos Me gusta ese tajo, pero la hicimos mierda; no tiene nada que ver con lo que hiciste vos.» “Para eso están los temas», me dijo.
-¿Eléctrico o acústico?
-Prefiero lo eléctrico, aunque me debo un disco más íntimos. Ahora cierro una etapa, y después me pondré a ver qué quiero hacer o grabar. Tengo ganas de experimentar algo nuevo. Pero no me preguntes qué, porque todavía no lo sé. Yo disfruto mucho más el vivo que el estudio. En el estudio te ponés muy cabezón con las perillas, los micrófonos. Te ponés a hilar fino, y se pierde la calentura de estar a los cabezazos y cambiar en la mitad del tema. A mi me gusta estar con el vértigo a mano. Esa adrenalina se la transmitís a la gente y nosotros lo disfrutamos. Lo que pasa es que hoy la improvisación no vende. En todo caso, lo peor que te puede pasar es terminar haciendo música para músicos.
-Pero el blues requiere mucho de la improvisación.
-Tocar blues es muy difícil, porque en esa simplicidad de sus tres tonos lo único que te queda es emocionar a alguien con lo que hacés. Yo trato de tocarlo a mi manera. Te puede gustar o no, pero es lo que soy. El arte es cuando le hacés sentir algo al corazón del otro. Cuando llegás al corazón del que te escucha, ya no importa qué estilo es.
Para su presentación de hoy, Alambre planea hacer temas de sus distintas épocas, acompañado por su banda e invitados como Claudia Puyó, «Jorgito» Araujo y Juan Rodríguez. «A él le debo estar haciendo lo que hago. Cuando era pendejo, me llevaba de plomo con Polifemo, a los ensayos de Seleste, la banda de Lebón; o de La máquina de hacer pájaros, y fui conociendo a un montón de los históricos, gracias a los que soy músico. Un día salí del folclore para escuchar a Manal, y me di cuenta de lo que quería ser»
#ELSIESTERO, Historias y anécdotas de las mejores Bandas del Mundo, Domingos de 17.00 hs. a 18.30 hs. 105.1FM www.fmsos.com.ar