El concierto “Back to the Beginning” significó el cierre definitivo de una de las bandas de rock más icónicas de todos los tiempos.

9 horas de show, más de 70 canciones interpretadas por las bandas más representativas del género. Pero no sólo fue una reunión de amigo, había un motivo aún más importante. Ozzy fue diagnosticado por la enfermedad de Parkinson en febrero de 2019 y ese mismo año también sufrió daños en la columna tras una caída. Fue entonces que en el seno de la familia Osbourne se pensó en una despedida para Ozzy con sus ex compañeros de Black Sabbath y además recaudar fondos para las instituciones Acorns Children’s Hospice, Birmingham Children’s.Hospital y Cure Parkinson’s.
A comienzos de 2025, Osbourne había perdido la capacidad de caminar debido a la enfermedad. No había tiempo que perder. Tom Morello fue designado como director musical del concierto y declaró que su intención era hacer de este el «mejor show de heavy metal de la historia». Las 45 000 entradas para el concierto se agotaron en dieciséis minutos, con 150 000 personas esperando en una fila virtual para intentar conseguir un lugar. Todo el evento se transmitió pago, vía streaming con un pico de 5.8 millones de espectadores simultáneos. Algo nunca visto hasta este momento.
Sharon Osbourne, esposa y mánager del artista, sólo tuvo que levantar su teléfono para convocar a los mayores representantes del género, bandas nuevas y supergrupos. Los covers de la carrera solista de Ozzy y los de Black Sabbath estarían presentes en los setlist de cada una de ellas.

Mastodon subió al escenario y dio inicio a lo que sería una sucesión de sets de 15 minutos por banda, compuesto por 2 o 3 canciones propias + 1 cover de Ozzy o Black Sabbath. Difícil abrir en un festival de tal envergadura pero ellos lo hicieron y muy bien, con invitados como Mario Duplantier de Gojira, Danny Carey de Tool y Eloy Casagrande ex Sepultura.
Después siguieron Rival Sons, los riffs más limpios y bluseros se adaptaron muy bien al sonido Sabbath; Anthrax, con sólo 2 canciones demostraron porque son una banda legendaria. Halestorm que tuvieron una gran actuación sobre todo con Lzzy Hale su cantante y también cantante de Skid Row, la única mujer al frente de una banda (solo 3 artistas femeninas estuvieron junto a Lzzy Hale, Yoyoka Soma que participó en la versión de Jack Black de ” Mr. Crowley “. Marina Viotti junto a Gojira y Telalit Charsky tocando el cello junto a Fred Durst haciendo “Changes”) Cerrando esta primera parte, Lamb of God, que reciben el primer rugido auténtico por versionar Children of the Grave, el clásico de Sabbath de 1971 y el primer “circle pit” de la jornada. A partir de acá la cosa empieza a ir tomando otro color. Los músicos que subieron al escenario y formaron el primer supergrupo fueron Lzzy Hale, David Draiman, Whit Crane y Yungblud en voces; Nuno Bettencourt, Jake E. Lee y Scott Ian en guitarras; David Ellefson y Frank Bello en bajos; Mike Bordin y II (de Sleep Token) en baterías; Adam Wakeman en teclados.
Aquí los sets empezaron a ser un poquito más largos y las primeras lágrimas de la jornada rodaron por algunas mejillas con la versión de Yungblud que cantó de “Changes”. La alegría de ver tan bien y en forma a Jake E. Lee, guitarrista solista de Ozzy, Y el gran cover de Lzzy Hale de Perry Mason.

Luego subirían Alice In Chains y los franceses de Gojira con un muy buen set. Un Drum Off para el olvido con Travis Barker de Blink-182 haciendo el ridículo junto Chad Smith de Red Hot Chili Peppers y Danny Carey de Tool abrieron paso al “Supergroup B” con músicos de la talla de K.K. Downing, Steven Tyler, Travis Barker, Nuno Bettencourt, Andrew Watt, Rudy Sarzo y Chad Smith, entre otros. Y fue uno de los mejores momentos con un Tyler que parecía no volver más a los escenarios dando cátedra de frontman y excelente cantante, versiones demoledoras de “The Train Kept A-Rollin” con la aparición sorpresa de Ron Wood , y otras perlas como “Walk This Way / Whole Lotta Love”.
Aparició Pantera, que a pesar de Zakk Wylde parece una banda de covers sin Dimebag Darrell; Tool subío al escenario después de Pantera hipnotizando a la gente con un show más que preciso. Slayer que subió al escenario y creó el pogo más grande del día interpretando épicas que definieron el género como “Reign in Blood” y “Angel of Death”que conmocionaron al público, preparándolo para la entrada de Guns N’ Roses, con un Axl Rose inusualmente contenido, lleno de respeto, pero lejos de una buena actuación, de hecho fue lo más floja del festival. Le siguió Metallica, quienes interpretaron un par de versiones brutales, en homenaje a la banda estelar, haciendo estallar al público en una ovación que parecía no terminar. Ellos habían abierto las puertas del infierno.

Osbourne dejó la agrupación en 1979 y disfrutó de una exitosa carrera en solitario, aunque ocasionalmente se reunió con Black Sabbath. Con 76 años, diagnosticado con Parkinson (enfermedad neurodegenerativa que afecta su movilidad) y múltiples problemas de salud, muchos pensaban que Ozzy Osbourne no lograría estar en el escenario. Pero, como si fuera “poseído” por los mismos demonios emergió desde el centro del escenario sentado en un trono gótico adornado con murciélagos, cubierto con una túnica negra y coronado con espinas. “I fucking love you,” gritó al micrófono con los ojos brillosos y el estadio se quebró. Acompañado primero por su banda solista, iba a compartir el escenario con Zakk Wylde, Mike Inez, Adam Wakeman y Tommy Clufetos. Nos regaló una versión inolvidable de Crazy Train, le siguió I Don’t Know pero las lágrimas cayeron inevitablemente en los presentes y en los que seguimos el show por nuestras teles y computadoras, la versión más conmovedora de Mama, I’m Coming Home, la tercera canción del álbum No More Tears (1991) compuesta junto a Lemmy, líder Motörhead. Desafinó, no llegaba a los tonos más altos de la canción y así y todo creo que fue la mejor versión que le escuché a Ozzy. Debía haber un cierre épico, no podía faltar Crazy Train, la última canción del set solista antes de cerrar con Black Sabbath.
Después de 9 horas de show, todavía faltaba el plato fuerte, la despedida de Ozzy y los miembros originales de Black Sabbath. Ocuparon cada uno sus respectivos puestos sobre sobre el escenario y con los 76 años que cada uno promedia, demostraron por qué siguen siendo los padres del metal. Tocaron “War Pigs”, “N.I.B.”, “Iron Man” y el cierre definitivo con “Paranoid”.
No podíamos pedir más, pero esta vez sí ha llegado el final de un camino largo. Se abrieron las puertas del infierno hace más de 50 años y permanecerán abiertas, porque ellos aún están acá y nosotros también.

#ELSIESTERO, Historias y anécdotas de las mejores Bandas del Mundo, Domingos de 17.00 hs. a 18.30 hs. 105.1FM www.fmsos.com.ar