La dura vida de Luca Prodan en el internado de Escocia donde estudió con el rey Carlos III
El líder de Sumo hubiera cumplido 71 años: nació en Roma y renació en la Argentina, luego de haber pasado por una adolescencia difícil en la que recibió una educación aristocrática.
El Hospital Salvador Mundi, en la ciudad de Roma, fue el lugar en el que Luca George Prodan llegó al mundo hace 71 años. Hijo del italiano Mario Prodan y de la escocesa Cecilia Pollock, aquel bebé que vio la luz el 17 de mayo de 1953 era lo más parecido a un niño nacido en cuna de oro.
Sin embargo, con el correr de los años, esa cuna se partiría y el crecimiento de Luca se convertiría en una dura vida que se le hizo insoportable, en especial en la adolescencia. Y no por falta de buena educación académica, precisamente, sino por falta de cariño. El joven Luca Prodan pasó aquellos años en el Gordonstoun School, un internado de Escocia en donde estudió con el rey Carlos III del Reino Unido.
En realidad, Prodan no compartió aula ni curso con el entonces Príncipe, que es cuatro años y medio mayor. Pero sí fue parte de los mismos espacios y su tiempo escolar coincidió con el de Carlos. Bien puede decirse, entonces, que recibió la misma formación que su Alteza Real, aunque las realidades de ambos fueron totalmente diferentes.
Si Carlos sufrió aquellos tiempos es algo que guarda para sí como tantos secretos de la corona británica, pero Luca los manifestó y los expulsó como pudo. Para esa época de su vida ya había dejado de ser el niño feliz e inquieto, tercero de cuatro hermanos, deportista y especialmente gran nadador, algo que perfeccionó cuando, mientras navegaba en el yate de su padre, éste lo hacía zambullir al mar y que Luca persiguiera a la embarcación dando brazadas y patadas en el agua.
La dura vida de Luca Prodan: una educación rígida y un cambio total de rumbo
Cuando aún faltaba para viajar a la Argentina y crear su célebre banda Sumo, en el Gordonstoun School de Escocia hubo un acontecimiento que lo marcó: se hizo amigo de un escocés llamado Timmy MacKern, quien terminó siendo un jugador clave en la adultez de Prodan. Porque cuando el cantante estaba completamente perdido en los años 70 por sus adicciones, aquel amigo del internado le mandó una postal desde las sierras de Córdoba, en Argentina, donde se había instalado, invitándolo a ir para allá.
Eso, prácticamente, salvó la vida de Luca. O, al menos, la prorrogó, porque igualmente terminó muriendo muy joven, a los 34 años en diciembre de 1987. Pero a comienzos de los 80, cuando se instaló en Córdoba primero y luego de mudó para Buenos Aires (al barrio inglés de Hurlingham, claro) ya lo hizo con Germán Daffunchio y Alejandro Sokol, a quienes conoció en las sierras cordobesas.
Con ellos formó la banda a la que poco tiempo después se integraron Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Roberto Pettinato, y cuando Sokol dejó el grupo en 1984, entró Alberto Troglio, quedando constituida la formación definitiva de Sumo.
Alcohólico y adicto a la heroína, de aspecto desalineado, Luca cautivó a sus vecinos de Buenos Aires y del bar cercano a la estación de trenes de Villa Lynch por su enorme nivel cultural. Sin embargo, a su manera, debía dar explicaciones: “¿Reventado? Estudié con el príncipe Carlos, habló italiano, inglés, francés y español. ¿Vos cuántos idiomas hablás?”, le contestó alguna vez a un joven periodista que, justamente, le había dicho que tenía una onda “reventada”.
Luca no se ofendió pero le aclaró los puntos. Aunque no tan enfáticamente como se los aclaró a sus padres cuando los culpó del suicidio de su hermana, Claudia, que murió por sobredosis a fines de la década del 70.
A ellos, además, ya les había mostrado su desprecio en el momento en que se escapó del campus del Gordonstoun School cuando a los 17 años se podía ufanar de tener excelentes notas y no le faltaba mucho para finalizar sus estudios. Su mamá lo encontró tiempo después, en Roma, pero Luca lejos estaba de ser un niño feliz.
No hizo el servicio militar porque un médico lo diagnosticó “demente”. Armó algunas bandas de música punk hasta que le llegó aquella postal de su amigo Timmy de las sierras cordobesas. Con 27 años, Luca Prodan se mudó a la Argentina y empezó la última etapa de su vida. Dividido de su familia y en busca de la felicidad, un curioso juego de palabras reflejado en el del título del primer disco de Sumo, “Divididos por la felicidad”.
Desde la humedad bonaerense, vio por la televisión cómo el príncipe Carlos se casaba con Lady Di, con las pompas y las formalidades propias de la corona británica. Quizá en la fiesta real hubo invitados egresados del Gordonstoun School, pero Luca no, él ya estaba en otra historia. Viviéndola como quiso. O como pudo. Y dejando un legado musical que es inmortal.
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